Un verano sin sandías ni melones

Sequía

El producto llega con cuentagotas y con escasa calidad al mercado tanto por los efectos de la sequía como por la reducción de las siembras por su escasa rentabilidad

La escasez dispara los precios y el presidente de los regantes de Monte Algaida alerta de que, "si el tiempo sigue igual, va a faltar mucha fruta y verdura en los próximos meses"

La sequía hace estragos en el campo y en el bolsillo de los consumidores

Alimentos a precio de lujo

Frutas y verduras este viernes en un puesto de la plaza con la única pieza de sandía a la venta en primer plano.
Frutas y verduras este viernes en un puesto de la plaza con la única pieza de sandía a la venta en primer plano. / Manuel Aranda
Á. E.

23 de julio 2023 - 07:00

Poco, muy caro y, en ocasiones, de una calidad que deja bastante que desear. La sandía y el melón, frutas estrellas del verano, brillan este año por su ausencia en los mercados, a los que llegan contadas unidades, insuficientes para atender la demanda de esta época del año.

La sequía sigue haciendo estragos en el campo, donde la imposibilidad de sacar adelante las cosechas de muchos cultivos, tanto en secano como en las zonas regables por las fuertes restricciones de las dotaciones de agua, se refleja en la escasez de alimentos en los mercados.

En unos casos, los consumidores tienen que rascarse el bolsillo para hacer frente a precios desorbitados; en otros, tienen que resignarse ante la imposibilidad de encontrar determinados productos, como ocurre en estos días con la sandía y el melón.

Sandías y melones en otro puesto del mercado central de abastos de Jerez.
Sandías y melones en otro puesto del mercado central de abastos de Jerez. / Manuel Aranda

"Si el tiempo sigue igual, va a faltar mucha fruta y mucha verdura en los próximos meses", alerta Antonio Lara, presidente de los regantes de Monte Algaida, cuya producción de sandía y melón galia de este año, aunque limitada, ha volado literalmente por la falta de producto en las principales zonas de abastecimiento del mercado, caso del Bajo Guadalquivir y Castilla-La Mancha, por la falta de agua.

Según la información recabada por este medio, hay grandes cadenas de distribución que están rechazando partidas de sandías y melones por la escasa calidad del producto, que llega quemado y tiene un calibre pequeño, por lo que no reúne las condiciones para exponerlo en los lineales de frutas.

"Aburridos" por la falta de rentabilidad

La producción de estos productos también se ha visto mermada sensiblemente por el precio ruinoso del producto en los últimos años. A principio de la campaña, explica Lara, la sandía podía rondar los 40 o 50 céntimos el kilo, unos 10 céntimos más que el año pasado, pero ahora no baja del euro y hay días que puede llegar a rebasar 1,50 euros en los de mayor calibre, las piezas de superan los 8 o 10 kilos y que son más apreciadas frente a las unidades de menor peso, 4 o 5 kilos, que crecen en la misma mata, pero que se consideran de segunda.

El precio actual llega a superar 1,50 euros frente a los 30 céntimos de los últimos años

En cuanto al melón galia, el precio actual en origen -el que percibe el agricultor-, está por encima de los 2 euros frente a la horquilla de 1 a 1,50 euros de su cotiazación el año pasado, si bien el responsable de los regantes de Monte Algaida apunta que también se ha pagado a 25 céntimos pese a que es un valor normalmente seguro para los cultivadores.

Claro que Lara explica que "esto no es una fábrica de tornillos; el melón de siembra temprana (diciembre) no tiene nada que ver con el de marzo, y en el campo los precios son una lotería y pueden cambiar una barbaridad de un día para otro".

La producción de sandía y melón de la provincia de Cádiz se concentra en Costa Noroeste (Monte Algaida y Chipiona) y algo en Conil. El secretario provincial de Coag-Cádiz, Miguel Pérez, confirma que las siembras este año se han visto mermadas y lo atribuye a que los agricultores "se aburren" por la falta de rentabilidad y la entrada masiva de producto de Marruecos a precios con los que es imposible competir, claro que con unos costes de producción mucho menores que los que rigen en España.

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