Jerez

Una serpiente venenosa desata el pánico en una urbanización

  • Los vecinos de Las Alondras, en la Zona Sur, denuncian que el personal municipal tan sólo la espantó y la dejaron allí tras refugiarse el animal dentro de un coche

Todo empezó cuando la madrugada de ayer no había hecho más que comenzar. Noche de domingo a lunes. En la urbanización Las Alondras -una pequeña urbanización con calle privada entre las avenidas de Puertas del Sur y Blas Infante- todo era tranquilidad y referencias al calor hasta que una voz dio la voz de alarma: hay una serpiente en la urbanización.

La tranquilidad, propia hasta ese momento de una noche veraniega, quedó rota por el aviso dado por el hijo de María del Pilar Acosta, una de las vecinas. Fue él quien avisó de tan indeseable visita a una urbanización en la que viven doce familias, seis de ellas propietarias del sus inmuebles y otras seis inquilinas de los mismos. La alarma provocó una llamada a la Policía Local. Los agentes informaron a María del Pilar, que demandaba ayuda, que la recogida de animales salvajes no es competencia del 092 y que pasaban el aviso a personal del Zoológico. Mientras tanto, el alboroto se disparaba en una urbanización donde viven numerosas parejas con niños pequeños.

"Vinieron dos personas del Zoológico -apuntó la vecina- que eran un señor mayor y una joven sudamericana. El señor decía que llevaba 25 años recogiendo serpientes pero la verdad es que con ésta no pudo". Ayudados por un palo y una bolsa los operarios intentaron localizar a la serpiente. En cuanto fue visible, "la chica, que al parecer entendía de serpientes, nos dijo que se trataba de una especie agresiva. Nos dijo que era de las que llegan a saltar para morder y que, para colmo, era venenosa".

Ni que decir tiene que fue entonces cuando la preocupación se tornó en pánico. Muchas vecinas se encerraron en sus domicilios con sus niños mientras la serpiente en cuestión no era atrapada sino ahuyentada, "con tan mala suerte que se refugió en el coche de un vecino que en aquellos momentos se encontraba en la calle privada de la urbanización".

El reptil se refugió en el turismo, un coche de cortesía de unos talleres, tras meterse por la zona de la rueda trasera. "Fue entonces -apuntó a este medio la vecina- cuando para nuestra sorpresa las dos personas que venían a coger la serpiente se marchan diciendo que no pueden hacer nada".

El estado en que quedó el vecindario es fácil de imaginar. Todo el mundo refugiado con puertas y ventanas cerradas pese al calor. Eran las cuatro de la madrugada. Muchos ni siquiera conciliaron el sueño.

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