Las trabajadoras de Acasa duermen ante el Consistorio por los impagos

Lágrimas, tensión, gritos y cadenas. Con estas cuatro palabras se puede resumir la jornada que vivieron ayer las plantillas de las concesionarias Limasa y Acasa -un colectivo mayoritariamente de mujeres- que volvieron a concentrarse ante el Ayuntamiento para reclamar el pago de sus nóminas. A las diez de la mañana las trabajadoras fueron citadas para una asamblea en la que se anunció que saldrían encadenadas del edificio de los sindicatos hasta el Consistorio. Pero las acciones reivindicativas no se quedaron aquí y desde anoche duermen ante el Ayuntamiento ante la desesperación de no recibir el salario de junio y la paga extra.

Tras la reunión, salieron del Arenal y mientras algunas empleadas se encadenaron a la puerta del Ayuntamiento, otras acompañaban los gritos pidiendo el salario con una ruidosa cacerolada. El momento de más tensión se produjo cuando la alcaldesa, María José García-Pelayo, acompañada por el delegado Javier Durá, quiso entrar en el Consistorio ante la marea humana que hacía una sentada en las escaleras. Las trabajadoras encadenadas hicieron 'piña' y se produjo un forcejeo con los agentes de la Policía que se encontraban en la puerta para evitar el paso de los manifestantes. Al final, la alcaldesa accedió al Ayuntamiento gracias a un cordón policial y los ánimos se caldearon de tal forma que a una empleada de ayuda a domicilio le dio un ataque de ansiedad y tuvo que ser atendida por el 061. Ante esta escena muchas compañeras no pudieron reprimir las lágrimas y la protesta se endureció con más gritos reivindicativos e insultos como "PSOE y PP, la misma mierda es".

"Ya no se puede aguantar más, es insoportable para todos", declaró la presidenta de Acasa, Encarnación Barrios, quien recalcó que la "impotencia y la necesidad" estaban siendo las protagonistas de la jornada. "Queremos cobrar y estar tranquilas, esto no nos gusta a nadie. Cuando María José García-Pelayo estaba en la oposición bien que decía que el Ayuntamiento era el responsable de nuestra situación, pues a ver cómo le dan la solución ella", criticó a gritos Barrios. A su lado se encontraba la compañera que denunció que un agente le había hecho daño en el forcejeo. "Me ha torcido el dedo, me ha lastimado y esto lo voy a denunciar. Él no me tienen que tocar", declaró María Jesús Padillo.

La presidenta de la sección de colegios de Limasa, Inmaculada Barea, lamentó durante la mañana que "esto no se puede soportar más, se han vivido momentos muy tensos". La situación de esta concesionaria dio un cambio radical anoche cuando la alcaldesa comunicó a las trabajadoras que hoy cobrarán la nómina de junio y la extra. García-Pelayo agradeció el "trato cordial" de los empleados concentrados ante el Ayuntamiento y añadió que el pago a Acasa "se hará de inmediato". Tras este anuncio, la dirección de la empresa confirmó al comité de Limasa el ingreso para hoy por lo que los trabajadores decidieron en asamblea "permanecer esta noche -por ayer- en solidaridad con Acasa, estamos todos en el mismo barco", apuntó Inmaculada Rincón.

Así las cosas, a última hora de ayer varias decenas de empleadas acamparon en la calle con más fuerza que nunca. De hecho, hoy hay convocada una manifestación, a las 20 horas, que saldrá de la plaza del Arenal y recorrerá el centro. "Nunca hemos vivido estos momentos de tanta necesidad. No es justo, estamos hartas de sufrir", lamentó Barrios.