Bodegas

La guerra de Ucrania, un mal negocio para el vino de Jerez

Vladimir Putin, en su visita junto a Silvio Berlusconi a la bodega de Crimea en la que descorcharon el jerez de 1775.

Vladimir Putin, en su visita junto a Silvio Berlusconi a la bodega de Crimea en la que descorcharon el jerez de 1775.

Un vino de Jerez fue el germen de uno de tantos conflictos diplomáticos entre Rusia y Ucrania que han desembocado en la contienda bélica entre ambos países. Corría el año 2015 cuando el presidente ruso Vladimir Putin, que un año antes decidió anexionarse unilateralmente la región de Crimea, acompañado del ex mandatario italiano Silvio Berlusconi, desafiaron a las autoridades ucranianas con el descorche de un jerez de 1775 perteneciente a la colección de Massandra, histórica bodega de Crimea poseedora de la mayor colección de vinos del mundo, más de un millón de botellas según el libro Guinness de los récords, entre ellas cinco botellas de vinos de Jerez.

Se piensa que los jereces en cuestión fueron adquiridos por un destacado noble del siglo XIX, a cuya muerte pasaron a formar parte de la colección de la bodega de Crimea, mandada construir por Nicolás II en 1894 en la zona de veraneo de los zares rusos y que Ucrania consideraba parte de su patrimonio nacional, pues de hecho hasta se requería un decreto presidencial para el descorche de una botella, cuanto más al tratarse del vino más antiguo de la colección

La Fiscalía de Crimea, que se mantuvo fiel a Ucrania tras la adhesión de la región situada al sureste del país, abrió una causa penal a Putin por apropiación indebida de una propiedad estatal que valoró en 82.000 euros, al tiempo que Berlusconi era declarado por el consejo nacional del país persona non grata, afrenta que se queda en pañales frente a los crímenes de guerra en la cruenta invasión de Ucrania por los que occidente pide que se juzgue al presidente ruso.

Nada más se supo de aquel episodio surgido en la bodega, cuya histórica colección de vinos, por cierto, se salvó de la revolución rusa por expreso deseo de Stalin de preservarla y de la IIGuerra Mundial, durante la que pusieron los vinos a buen recaudo.

Vino de Jerez de 1775 con el nombre en cirílico que dio pie al conflicto diplomático. Vino de Jerez de 1775 con el nombre en cirílico que dio pie al conflicto diplomático.

Vino de Jerez de 1775 con el nombre en cirílico que dio pie al conflicto diplomático.

Menos de una década después del episodio protagonizado por Putin y Berlusconi, y que tuvo gran repercusión internacional, las hostilidades entre Rusia y Ucrania vuelven a salpicar al vino de Jerez, cuyas exportaciones a uno y otro país, aunque se trate de volúmenes poco significativos, se han visto paralizadas por el conflicto bélico, en el caso ucraniano por cuestionas obvias y en el ruso, por las sanciones.

Según las estadísticas del Consejo Regulador, entre Rusia y Ucrania apenas sumaron 67.500 litros de vino de Jerez importados en el último año (10.278 litros de la primera y 57.364 litros de la segunda), lo que equivale a uno de cada 500 litros de las salidas totales de bodegas en 2021. Pero mientras que las exportaciones a Rusia arrastraban años de caída, el mercado ucraniano estaba en plena ebullición, del que da cuenta el incremento del 52% experimentado por las ventas del jerez en el país de Europa del Este en el último bienio.

En 2021 se vendieron en Ucrania 57.300 litros de vino de Jerez frente a los 10.200 de Rusia

La invasión ha tirado por tierra el esfuerzo de las bodegas del Marco, que hasta la invasión figuraban entre las principales empresas exportadoras de la provincia a Ucrania tanto de vinos, como de Vinagre y Brandy de Jerez, que pierden así uno de sus destinos emergentes, en el que de los algo más de medio millar de litros vendidos en enero se ha pasado a cero en febrero, el mes del inicio de la contienda.

El Observatorio Español del Mercado del Vino (OeMv) se hace eco del impacto de la invasión de Rusia sobre Ucrania en un análisis detallado en el que eleva a 90 millones de euros el riesgo que se plantea sobre las ventas directas de vinos y productos vitivinícolas a los dos países en conflicto frente a los 40 millones de euros estimados en el inicio del conflicto.

El organismo encargado del análisis de los datos del sector señala en su informe que a las exportaciones directas de los vinos, mostos y vinagres españoles a Rusia, se unen también las que llegan, en gran medida, a través de Letonia y Lituania. Además, prosigue, una parte importante del vino que venden a Rusia otros países productores como Italia, Francia y Alemania, se elabora con vino importado desde España a granel, que puede legalmente reexportarse como vino de la Unión Europea.

Botellas de jerez de la histórica colección de vinos de la bodega Massandra. Botellas de jerez de la histórica colección de vinos de la bodega Massandra.

Botellas de jerez de la histórica colección de vinos de la bodega Massandra.

En resumidas cuentas, el Observatorio concluye que las ventas directas de España a Rusia y Ucrania, así como las indirectas por las dos vías mencionadas, el total de vino y productos exportados a la zona y, por ello, en juego durante el conflicto, alcanza los 98,2 millones de litros, por valor de más de 91 millones de euros.

En el caso del jerez, las salidas hacia Letonia y Lituania en el último ejercicio superaron los 100.000 litros, aunque es imposible precisar las cantidades de estos dos destinos que finalmente se dirigen hacia Rusia, si bien se trata de países miembros de la UE, sujetos a las sanciones impuestas por Bruselas al país soviético.

A modo de anécdota, las diferencias entre rusos y ucranianos también se evidencian en sus gustos por los vinos de Jerez, ya que los primeros se inclinan por los tipos Medium y Cream, los segundos prefieren el Fino, en primer lugar, seguido del Pedro Ximénez.

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