patrimonio

Con vistas al siglo XXI

  • Arquitectos jerezanos recuperan una casa-palacio del XVII en la calle Ramón de Cala para VPO

  • Respetar el pasado para el futuro es el objetivo

Llueve sobre otro tiempo en Ramón de Cala, 17. A cielo abierto, el siglo XVII se despoja de sus viejas capas para vestirse del XXI. La arquitectura jerezana más desconocida se recupera, se muestra tal como era, oculta durante años por tabiques profanos. Así ocurre en esta casa palacio que hace esquina con la calle Cazón. La finca data del año 1646 y está compuesta de un edificio principal, con fachada a la primera de ambas calles, que fue en sus orígenes la residencia de la familia propietaria, y otro inmueble secundario, al que se accede por la calle Cazón, que albergaba usos auxiliares de almacén, bodega y otros. El edificio, que constituye el único vestigio de la arquitectura civil del siglo XVII en el casco histórico de Jerez, ocupa una parcela de 1.543 m2 y conserva elementos arquitectónicos de gran interés, como los dos patios con pórticos a base de arcos sobre columnas, la portada interior, la fachada con escudo nobiliario o las escaleras del inmueble de la calle Ramón de Cala. El edificio anexo de la calle Cazón tiene también algunos elementos de valor arquitectónico, destacando los arcos de medio punto. Todos ellos están siendo conservados en la intervención de rehabilitación.

La finca fue transformada con el tiempo en casa de vecinos en alquiler, uso que ha mantenido hasta 2007, cuando fue adquirida por la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía (AVRA), por un 1 millón de euros. En ese momento, el edificio tenía 22 inquilinos. Una vez adquirida la finca, la Agencia acometió el proceso para su rehabilitación, convocando un concurso de ideas que, manteniendo los elementos constructivos de interés del edificio, permitiera recuperar su uso residencial para las familias que lo venían habitando. El concurso lo ganaron los arquitectos jerezanos Francisco Pinto Puerto y José María Guerrero Vega, con una propuesta que conjugaba la puesta en valor del edificio como referente histórico de la arquitectura del siglo XVII, con la creación entre sus muros de 21 viviendas protegidas en alquiler, a las que retornarían los inquilinos de la finca. Finalmente se reformó el proyecto aumentando hasta 22 el número de viviendas. Sin embargo, la intervención no llegó a licitarse, siendo retomada en 2016, al ser incluida en el ámbito declarado Área de Regeneración y Renovación Urbana (ARRU) del entorno de Santiago y San Miguel. Su finalización está prevista el próximo mes de junio.

El trabajo realizado hasta ahora ha consistido en la demolición de las edificaciones que invadían los patios, se han picado paramentos, cegado huecos y recuperado los originales que habían sido cegados por sus últimos propietarios, recuperando así la esencia original de la finca. Se han demolido los forjados que estaban en peor estado y descargado los que se podían recuperar. Y con ello, se ha podido analizar el estado de las vigas de madera para comprobar cuáles podían ser tratadas para conservarse y cuáles había que sustituir. Muchas de ellas se han conservado y seguirán prestando servicio en la finca, tras un tratamiento antixilófagos para evitar la presencia y proliferación de termitas. Cuando no ha sido posible conservar la viguería, por el avanzado deterioro de la madera, se ha procedido a la sustitución por nuevas piezas, aunque manteniendo la esencia original del forjado.

La primera fase ha requerido colaboración de un arqueólogo en las cimentaciones, conducciones y pozos, lo que ha deparado interesantes descubrimientos sobre los usos de los patios y sobre el método utilizado en la colocación de ladrillos cuando se edificó la finca. Actualmente la obra, una vez finalizados los movimientos de tierras y demoliciones, se encuentra ya en la última fase, en la que se está trabajando en las estructuras con la sustitución, refuerzo o rehabilitación de las viguerías de madera, algunas podridas o devoradas por las termitas. Al mismo tiempo, se trabaja en el aislamiento e impermeabilización de muros y cubiertas, y se está iniciando la instalación de las redes de electricidad y de fontanería.

"Los objetivos del proyecto son recuperar los valores patrimoniales de la casa, conservar y mantener las estructuras principales de la casa-palacio del XVII y acondicionar el edificio para viviendas de VPO", cuentan los arquitectos que, junto a Pepe Galván Aparicio, director de ejecución de la obra, entre otros, hacen de guía de la gran casa, mientras diluvia.

Un edificio que ha sufrido numerosas intervenciones a lo largo de los siglos y que ha tenido tres superposiciones de construcciones. Datos que han desvelado la intervención en el subsuelo y la lectura de todos los paramentos que se han ido picando y recuperando. Se desprende de la calidad de los materiales las zonas más nobles y las destinadas a los trabajadores. Luego ya se convirtió en casa de vecinos que se ha ido redistribuyendo con el tiempo. Los trabajos están dejando al descubierto la belleza del palacio, sus arcos, sus techo altos, sus vigas de madera, las galerías, escudos... Incluso tendrá un jardín con árboles en un patio que en su día llegó a estar entero ocupado por habitaciones.

Una casa palacio cuyos primeros propietarios fueron los marqueses del Castillo del Valle de Sidueña, que eran Ponce de León y De la Cerda. Su construcción está muy relacionada con el estilo del entonces maestro mayor de la ciudad Antón Martín Calafate. El historiador Pablo Pomar destaca que esta recuperación "pone en valor la arquitectura civil del XVII, tan desconocida y poco estudiada, en comparación con la del XVI y XVIII". Pomar, dentro de la belleza del edificio en sí, subraya la escalera principal, cuyo pasamanos conserva piezas originales.

La ruta por la casa, a pesar del mal tiempo, es un paseo por lo que un día será. Se intuye por la luz que desprende la intervención que allí se está desarrollando. Respeto al pasado con vistas a los nuevos tiempos. Una apuesta que es un ejemplo de recuperación del patrimonio jerezano, que tanto necesita resurgir de sus propias ruinas. Espacios abiertos al paisaje de la ciudad que ya hacen acogedoras sus estancias. Futura casa de muchos. Un palacio para todos.

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