Marc Márquez, de la gloria al sufrimiento para volver a crecer

Mundial de MotoGP

El piloto de Cervera confiesa que las múltiples lesiones y sus problemas de visión durante los últimos meses le han hecho madurar

Desvela que su nueva vida en Madrid es parecida a la de Cervera y que "Carlos Sainz, que es mi vecino, me ayuda mucho"

¿Qué Márquez vamos a ver?

Márquez no gana para sustos

Marc Márquez confiesa que lo ha pasado mal durante estos meses por las lesiones.
Marc Márquez confiesa que lo ha pasado mal durante estos meses con las lesiones y los problemas de visión. / EFE
Juan Antonio Lladós

17 de marzo 2022 - 21:58

El español Marc Márquez (Repsol Honda RC 213 V), ocho veces campeón del mundo, no tiene dobleces. Es sincero, directo, no se esconde y ha confesado en Mandalika que en los últimos tiempos ha pasado de la gloria por todos sus éxitos deportivos al sufrimiento de encadenar una serie de lesiones que le han obligado a meditar mucho y a pensar incluso en la retirada. Ahora, una vez superados sus problemas, vuelve con la misma pasión para ser el de siempre, pero con una mentalidad mucho más madura y real.

–¿Qué es lo que le ha pasado Marc Márquez en estos últimos tiempos?

–Había vivido hasta 2020 lo álgido o lo bueno de un deportistas, con momentos de éxito, triunfos y celebraciones y, de repente, me tocó vivir lo peor que le puede pasar a un deportista, una lesión tras otra, que surjan dudas e incertidumbres, hasta el punto de llegar a que lo deportivo, que no me había pasado nunca y espero que haya sido la última vez, pasa a un segundo plano y realmente te preocupa tu estado físico, cómo vas a quedar para una vida normal, ni siquiera para volver a correr en moto, ya sea en lo que se refiere al brazo o con lo que me pasó por segunda vez con la vista.

–¿Sus problemas de visión del pasado invierno supusieron la puntilla a la situación que le tocó vivir desde 2020?

–Fue el remate. Con el brazo piensas, vale, hay dolor, pero sabes que tarde o temprano te va a quedar bien porque así es como te lo decían los doctores, pero con lo de la vista no sabía ni fecha de regreso o cómo iba a quedar, es un poquito lo que me pasó en 2011, aunque entonces tenía 18 o 19 años y no era consciente de lo que era esa lesión. Sí, es cierto que en esta ocasión fue el remate, pero afortunadamente estamos saliendo.

–En 2011 se tuvo que operar del problema de visión, ¿ha pensado este invierno que una nueva operación por culpa de la diplopía podía arruinar su temporada?

–Bueno, era una de las posibilidades. No era descartable. Cuando me pasa nuevamente lo de la visión o cuando recaía en esa lesión, ya no era ni calendario ni nada, en ningún momento se habló del calendario con el doctor de la vista. Él era consciente de cuándo empezaban los entrenamientos de pretemporada y cuándo la primera carrera, pero fue muy realista. Me dijo que tenía que esperar tres meses y que hasta el segundo no iba a notar diferencia y que si no había cambios al pasar tres meses y dos semanas me operaría. En ningún momento se habló de finales de enero para llegar a marzo. Si se hubiese cumplido eso era ya otra temporada perdida. En realidad, no podía conducir el coche ni podía hacer nada y ahí lo deportivo pasó a un segundo plano.

Márquez cambió Cervera por Madrid par recuperarse bien de sus lesiones.
Márquez cambió Cervera por Madrid par recuperarse bien de sus lesiones. / EFE

De Cervera, a Madrid

–¿En ese momento tenía ya tomada la decisión de irse a vivir a Madrid?, ¿su decisión de ir a Madrid es un intento de borrón y cuenta nueva?

–Lo de la vista retrasó el viaje a Madrid, la decisión ya estaba tomada y la idea estaba bastante avanzada pues desde que en diciembre conocí al doctor Ángel Cotorro ya lo decidí. Me apetecía hacer un cambio, pero el problema de visión lo retrasó un poco porque en ese momento lo último que quería era ajetreo y por eso lo retrasé. Quería estar en casa tranquilo, que me ayudaran y estar cerca de los míos. En Madrid no estaba tan cerca, aunque no te vas a la otra punta del mundo pues en un AVE y en dos horas vienen o mi madre o mi padre. Ese problema retrasa todos mis planes, incluso los de pretemporada, el entrenamiento físico y todo esto.

–¿Cómo surge la idea de comenzar a trabajar con el equipo de Cotorro?

–Aquí sí que quiero destacar que esta decisión no significa que haya cambiado de doctor, sino que Samuel Antuña, cuyo equipo es el que me operó, está en contacto directo con el equipo de Cotorro y se llevan muy bien,. Llego hasta Cotorro a través de Samuel Antuña, y de Emilio Alzamora. Creo que no hay nadie en España que sepa más que Cotorro en prevención de lesiones. Por decirlo de alguna manera, se llega a Cotorro en un intento de prevenir lesiones, no era normal el dolor que tenía el año pasado y lo que no quería hacer es, con ese dolor, provocar otra lesión, que era en realidad lo que estaba haciendo.

–Después de cómo acabó la carrera de Qatar, ¿se puede llegar a afirmar que la decisión fue la acertada?

–Parece que sí. Eran cosas muy básicas, pero que si no las sabes... Hacía ejercicios en el gimnasio que son de lo más normal, los que harías por reglamento con un preparador físico hasta noventa grados y resultó que mi hombro tal y como me ha quedado, que hay una pequeña rotación, a noventa grados estaba tocando un nervio. No lo estaba tocando muy fuerte, pero si lo tocas una vez, dos, tres, cuatro o cinco o seis, pues lo vas tocando, tocando y no dejas que regenere el músculo y eso era lo raro, que entrenaba mucho pero había dolor. El músculo no crecía y no cogía fuerza y todo eso te lo tiene que guiar un profesional.

–¿Cómo es su vida en Madrid?, ¿han cambiado sus hábitos de vida?

–No, no, no. Quién eres te fuerza a un estilo de vida que es el de estar en casa, entrenamientos y circuito. En Cervera hacía básicamente lo mismo pero con los amigos, el primo, tu madre o tu padre. No me fui solo a Madrid, lo hice con mi hermano porque él mismo me dijo qué harás tú allí y yo aquí, si tú te vas allí, yo también. José Luis Martínez, su preparador, también se ha venido a vivir con nosotros. No puedo hacer tanta moto para mantener la irritación calmada y cada vez más carreras. En esta nueva vida me está ayudando mucho Carlos Sáinz, que es mi vecino.

Márquez cree que los aficionados indonesios son fieles y muy entendidos.
Márquez cree que los aficionados indonesios son fieles y muy entendidos. / EFE

Anécdotas con su vecino Carlos Sáinz

–¿En qué cosas le ayuda Carlos Sáinz?

–Pues en cosas básicas del día a día. Me recomienda a su jardinero de confianza, a su chico de mantenimiento o al señor que le hace la piscina. Hablamos de cosas cotidianas. Tanto Carlos como Jaime Martínez de Red Bull España, me han ayudado mucho y me siento arropado. Eso te facilita la vida en un traslado.

–El miércoles apareció escoltado por numerosa gente en Yakarta, ¿Qué se siente al ser una estrella de 'rock and roll aquí en Indonesia?

–Lo de llevar escolta es casi peor (sonríe al asegurarlo Marc Márquez). Es dar más el cante que otra cosa, yo no hacía más que decir salir de aquí y no querían. La primera vez que vine aquí me impresionó mucho. Me acuerdo en 2014 que vine con Dani Pedrosa, que él tampoco había venido mucho, y nos impresionó. Cada vez va a más. Mola el primer día, pero cansa el segundo. El primer día piensas qué guapo, pero luego prefieres pasar más discreto.

–En general, ¿el indonesio es muy aficionado al motociclismo?

–Aquí MotoGP es grande. De hecho, Emilio me dijo que mis redes sociales tienen el 50 por ciento de seguidores de Indonesia, no son de España ni Italia, es Indonesia, y eso indica que, aunque sean muchos millones de habitantes, MotoGP es un deporte muy grande aquí. Todas las marcas grandes, Honda, Yamaha, los eventos grandes los hacen en Indonesia y es por algo. Es un mercado muy grande para las marcas y es esto, que el público es muy hooligan, pero en el buen sentido de la palabra ya que no se casan con nadie. Van al espectáculo y son del que más años lleva, porque es al que más conocen, y en este caso soy yo, pero si gana aquí Bastianini, que puede ser, pues serán de Bastianini y lo celebrarán. El aficionado de aquí es bueno para el motociclismo.

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