Guerra en Ucrania

Putin responderá a las amenazas estratégicas con "ataques relámpagos"

Multitud de ciudadanos permanecen en las arpas instaladas en una estación de metro utilizada como refugio en Jarkov.

Multitud de ciudadanos permanecen en las arpas instaladas en una estación de metro utilizada como refugio en Jarkov. / Miguel Gutiérrez / efe

El presidente ruso, Vladimir Putin, advirtió ayer que Moscú responderá con "ataques relámpago" en caso de injerencia estratégica en Ucrania, al tiempo que el Ejército ruso destruyó una gran partida de armamento suministrada por Occidente en el sur del país.

"Si alguien, insisto, se dispone a interferir en los acontecimientos en marcha y crea amenazas estratégicas inadmisibles para Rusia, deben saber que nuestros ataques de respuesta serán relámpago, rápidos", aseguró el mandatario ruso durante una intervención ante el Consejo de Parlamentarios en San Petersburgo.

Un alto mando ruso sugiere que Rusia busca tomar el sur de Ucrania para llegar a Transnistria

Putin destacó que Rusia dispone de "todos los instrumentos para ello", en alusión al armamento hipersónico. Armamento "del que ahora nadie puede presumir. Y nosotros no vamos a presumir. Los usaremos si hace falta. Y quiero que todos lo sepan", subrayó. "Todas las decisiones al respecto ya han sido tomadas", agregó.

El jefe del Kremlin volvió a acusar a Occidente de convertir a Ucrania en una "anti-Rusia" y de empujar a Kiev a enfrentarse con su vecino del norte; atacar la anexionada península de Crimea y la región del Donbás; poseer armas nucleares y abrir laboratorios químicos y biológicos.

"Por eso, nuestra reacción ante esos cínicos planes fue correcta y oportuna", aseguró, en referencia a la "operación militar especial".

El mandatario hizo estas declaraciones horas después de que el Ministerio de Defensa de Rusia anunciase la destrucción de un arsenal de armas occidentales en la región meridional de Zaporiyia, limítrofe con el Donbás.

"Misiles de emplazamiento marítimo de largo alcance y alta precisión Kalibr destruyeron en una planta de aluminio de Zaporiyia hangares con un gran lote de armas y municiones extranjeras suministradas por EEUU y países europeos a las tropas ucranianas", indicó la entidad castrense en su parte matutino.

Una información que no fue confirmada por la parte ucraniana, que afirmó que las regiones del centro y oeste del país pasaron una noche "relativamente tranquila".

No obstante, el Ejército de Ucrania sí confirmó ataques en la región de Odesa, en el mar Negro, donde fue atacado un puente sobre el estuario del río Dniester, impactado por misiles rusos por segundo día consecutivo.

Se trata de un objetivo estratégico, ya que la destrucción de este puente ferroviario corta los suministros de armas y combustible al frente ucraniano en el este del país y da ventajas tácticas a las fuerzas rusas.

Además, el Estado mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania constató en su parte matutino que "continúan las acciones agresivas del enemigo en la zona operativa oriental con el objetivo de tomar el control total de los territorios de las regiones de Donetsk y Lugansk y mantener el corredor terrestre hasta la ocupada Crimea".

En tanto, pese a las aseveraciones hechas el martes por Putin al secretario general de la ONU, António Guterres, el Ejército ruso continúa con los ataques aéreos sobre la planta metalúrgica de Azovstal, en la ciudad portuaria de Mariupol (mar de Azov).

"Los ataques aéreos en Azovstal no disminuyen. No hay silencio, los intentos de asalto (de las instalaciones) se repiten una y otra vez, a pesar de todas las declaraciones" y anuncios por parte de Rusia de establecer un alto el fuego en la zona, dijo Petro Andriuschenko, asesor del alcalde de la castigada ciudad.

En las instalaciones de la acería, según las autoridades locales, se refugian un millar de civiles y resisten un número indeterminado de miembros del regimiento nacionalista Azov.

Las autoridades ucranianas aseguran que aún permanecen entre las ruinas de la ciudad unos 120.000 habitantes sin agua, electricidad ni productos básicos y denuncian que Moscú ha bloqueado la entrega de ayuda humanitaria a la zona, algo que negó la víspera Putin, quien aseguró que unas 130.000 personas habrían ya abandonado la urbe.

Mientras, a poco más de 60 kilómetros de Odesa, los recientes sucesos en la autoproclamada república moldava de Transnistria, de mayoría rusohablante, ubicada entre Ucrania y Moldavia, amenazan con convertir esta zona en un nuevo polvorín.

Una escalada que tiene lugar poco después de que un alto mando ruso sugiriese la posibilidad de que Rusia buscaría tomar el sur de Ucrania para acceder al enclave separatista moldavo.

El asesor de la Presidencia ucraniana, Oleksiy Arestovich, sugirió ayer en una entrevista la posibilidad de que el Ejército de Ucrania tomase este territorio, aunque matizó que "sólo tras una petición de la parte moldava", declaración que fue calificada de "provocadora" por el portavoz del Kremlin.

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