Vecinos de Sanlúcar apedrean a tres agentes para llevarse un alijo
Acorralan a una funcionaria de Vigilancia Aduanera y a dos guardias civiles, que llegan a disparar al aire para dispersarlos
La playa sanluqueña de Las Piletas fue escenario el pasado Viernes de Dolores de un suceso que recordó al que tuvo lugar el miércoles 28 de noviembre de 2012 en Bonanza, cuando familias de la zona llegaron a apedrear a un helicóptero de Vigilancia Aduanera y se llevaron entre 70 y 80 fardos de hachís de una lancha neumática varada en la playa. En esta ocasión las piedras no se lanzaron contra el helicóptero sino contra la agente de Vigilancia Aduanera que custodiaba la droga y que tuvo que pedir ayuda a la Guardia Civil.
La operación se inició cuando Vigilancia Aduanera recibió el aviso de un vecino de Chipiona de que se estaba produciendo un traspaso de fardos de hachís de una lancha a dos neumáticas. Un barco de Vigilancia Aduanera comenzó la persecución a unas 30 millas de la costa pero sufrió una avería, por lo que tuvo que ser el helicóptero quien continuara la operación en solitario.
Al verse acorralados, los narcos dirigieron una de las gomas se dirigió a la orilla de Doñana mientras lanzaban los fardos al agua y huían a pie. La otra lancha quedó varada en la arena de la playa sanluqueña de Las Piletas sobre las ocho y media de la tarde y sus ocupantes salieron corriendo para evitar ser detenidos. El helicóptero descendió y dejó a la agente custodiando los fardos, unos 1.200 kilos de hachís, para a continuación volver a despegar para asegurar la droga de la otra orilla.
Fue en ese momento cuando unas 80 personas comenzaron a acercarse a la agente y a lanzarle piedras con el fin de hacerse con el alijo, por lo que fue necesaria la rápida intervención de la Guardia Civil primero y de la Policía Nacional y Local después.
La situación llegó a ponerse tan complicada que los agentes de la Benemérita llegaron a disparar al aire para dispersarlos.
Los agentes no llegaron a sufrir heridas, aunque la chapa del coche de la Guardia Civil sí que quedó bastante maltrecha tras ser alcanzada por algunas piedras de gran tamaño. Con la llegada de agentes de apoyo el grupo de vecinos que pretendía hacerse con el alijo fue alejándose en dirección hacia el Paseo Marítimo, que llegó a ser acordonado.
En el año 2012, los vecinos consiguieron llevarse el alijo, de unos 2.000 kilos de hachís, y los agentes de Vigilancia Aduanera reconocieron que llegaron a temer por la vida de uno de sus compañeros que se vio acorralado por una muchedumbre, entre los que había mujeres y niños. En aquella ocasión sólo hubo una persona detenida y en esta no ha habido porque los ocupantes de las dos gomas consiguieron huir y los vecinos que pretendían hacerse con el hachís no lograron su objetivo gracias a las agallas de los agentes presentes.
La ruta del Bajo Guadalquivir es una de las más utilizadas por las bandas organizadas de narcotraficantes para introducir la droga por Cádiz hacia el resto de la península y Francia, donde duplica su valor.
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