Comienza la cuenta atrás para Madonna

Falta un día para el esperado paso de la cantante por Sevilla · La artista viene a demostrar su supremacía en el mundo del pop

Madonna, que anoche visitó el Parque Da Bela Vista de Lisboa, la última cita antes de Sevilla, tocará la guitarra en algunos de los pasajes del concierto.
Braulio Ortiz / Sevilla

15 de septiembre 2008 - 05:00

Subida en su trono. Así empezará Madonna -si se cumple el guión que ha seguido en los destinos por los que ha pasado su gira- su concierto de mañana en el Estadio de la Cartuja. Por si hubiese dudas de su reinado, la intérprete viene dispuesta a demostrar su supremacía en el mundo del pop, y lo hará con la misma fórmula que lleva años acuñando: un delirio escénico en el que se combinan espectaculares coreografías y proyecciones de videoarte, un singular pastiche de referencias estéticas urdido con la idea de no dar tregua al espectador y dejarlo noqueado por el impacto.

Como "un fantástico viaje que va desde el rock hasta el dance más actual" define la promotora Doctor Music el espectáculo que defenderá Madonna en Sevilla. Será, en todo caso, y como acostumbra la cantante, un trayecto donde pasado y presente se entremezclen. Así, los temas del último disco de la diva, Hard Candy, se alternarán en el programa con otras canciones emblemáticas de la trayectoria de la norteamericana, como Into the Groove, Vogue o Like a Prayer.

Dividido en cuatro bloques diferentes que delatan la personalidad ecléctica de su creadora, el espectáculo arrancará con un apartado titulado Pimp, planteado como "un homenaje al art decó de los años 20, junto a un toque gangsta" y en el que la artista, anuncia el programa, "hará su aparición estelar luciendo diseños de Givenchy".

En el siguiente tramo, Old School, Madonna regresará a sus comienzos en Nueva York, a los efervescentes ochenta, entre diseños de Jeremy Scott e imágenes de Keith Haring y con la cultura dance y el nacimiento del rap como influencias que inspiran el tono de este fragmento.

El show pasará entonces de las resonancias urbanas a impregnarse de ecos folk y música rumana, en Gipsy, un pasaje que tiene La isla bonita como epicentro y que amenaza con uno de esos deslices latinos por los que Madonna siente una probada debilidad. Testimonios de otros conciertos celebrados hablan en la web de la fiesta flamenca que se monta en este punto, y hay quien apuesta que en Sevilla podrían cargarse las tintas al respecto...

Para Rave, el fragmento con el que se cierra este Sticky & Sweet Tour, toca un nuevo cambio de tercio: el montaje trasladará al auditorio a un mundo futurista donde no falta una estética oriental, otra de las culturas por las que Madonna siente predilección y que ya aparecía en los conciertos de la gira de Drowned World.

Será precisamente Candy Shop, la pieza que abre su último álbum, Hard Candy, el comienzo de la función. Una letra idónea para presentarse al público -"Sticky and sweet, my sugar is raw (Pegajoso y dulce, mi azúcar está sin refinar)"- que además servirá para dar título a la gira. Casi dos horas más tarde, la velada llegará a su fin con Give it to me, uno de los tracks más apreciados del disco.

Un complejo engranaje que Madonna materializó por primera vez en Cardiff el pasado 23 de agosto y que su responsable, poca amiga de las sorpresas, pondrá en escena calculado al milímetro. Sin embargo, la férrea estructura en la que se suele apoyar la cantante ha mostrado en las otras paradas de la gira cierto margen para la espontaneidad. En un momento determinado del concierto, la diva se interesa por la opinión del público y le pregunta a sus espectadores qué canción de su largo repertorio les interesa oír. Express yourself y Like a Virgin son dos de los temas que han sonado en esta ronda de peticiones. En Roma, además, el 6 de septiembre, aprovechó la coyuntura para dedicarle Like a Virgin a Benedicto XVI. "Dedico esta canción al Papa, porque soy hija de Dios. También vosotros sois hijos de Dios", aseguró entonces. Madonna suele adornar sus propuestas con una pátina de compromiso, y, de hecho, en esta ocasión, Obama, Kennedy y Gandhi son algunos de los iconos de la política que asoman por las pantallas.

Y en medio de esta amalgama de ideas y de músicas, la reina del pop se alía con 16 bailarines y 12 músicos, se enfrenta a 8 cambios de vestuario y recurre, para darle mayor relumbrón a todo el esfuerzo, a un millón de libras esterlinas en cristales Swarovski.

La previsión es que las puertas del Estadio de la Cartuja se abran el martes a las 18:00. A la sueca Robyn, telonera de Madonna en gran parte de la gira europea y que amenizará la espera de la ambición rubia desde las 19:30, se suma ahora la participación del discjockey Wally López, a quien desde Doctor Music califican de "pionero de la música house en España y el productor y dj español con mayor proyección internacional". Según cuenta la promoción, "ha pinchado en los cinco continentes, compartiendo cabina con figuras de la talla de Paul Van Dyk, Paul Oakenfold, Pete Tong, Sébastien Leger o Mark Knight y ha participado en los principales festivales de música electrónica".

Madonna, entretanto, podría hospedarse a partir de mañana en el Hotel Alfonso XIII, en la Hacienda Benazuza o en La Boticaria, establecimientos que señalaban las fuentes consultadas por este periódico y donde, según parece, el entorno de la cantante habría realizado una reserva para la estancia en Sevilla de la diva del pop.

La gira europea, que acabará el día 27 en Atenas, dará paso a un largo recorrido por América que llegará a su fin el 20 de diciembre en Sao Paulo. Habrán quedado en el camino muchas anécdotas: como una supuesta rebelión de su equipo, contaba algún tabloide, por hospedarse en hoteles de aeropuerto y trasladarse en vuelos baratos, o la cancelación de un partido de fútbol, esta misma semana -el encuentro que debían disputar el Eintracht de Frankfurt y el Karlsruhe-, por el mal estado en que había quedado el césped después del entusiasmo de los seguidores de Madonna. Ella, por cierto, ha aprovechado su estancia en algunos países para promocionar la película que ha dirigido, Filth & Wisdom, un trabajo que presentó en primicia en el Festival de Berlín y que se ha estrenado ya en Francia.

Cuando, a final de julio, se anunció que Sevilla sería uno de los destinos del Sticky & Sweet Tour, las largas colas para adquirir localidades y la rapidez con la que se agotaron las entradas de front barricade area y los palcos vips presagiaban que el papel puesto a la venta se agotaría pronto.

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