Desaparece el poeta rebelde

El creador gaditano falleció en la madrugada de ayer, a los 87 años, en su casa de la localidad francesa de Thezy-Glimont · Su legado, que Carlos Edmundo ha donado a Cádiz, será gestionado por una fundación

Carlos Edmundo de Ory. /José Martínez
J. A. L.

12 de noviembre 2010 - 07:17

Carlos Edmundo de Ory ha muerto. El poeta gaditano falleció en la madrugada de ayer, a causa de la leucemia que atacó su cuerpo a finales del mes de mayo de este año, en su casa de Thezy-Glimont, la localidad del norte de Francia en la que residía desde la década de los 80. Hijo del poeta modernista Eduardo de Ory, Carlos Edmundo nació en Cádiz en 1923. Rebelde, iconoclasta, anárquico, contestatario y prácticamente desaparecido para la oficialidad de las letras españolas durante la dictadura, Carlos Edmundo logró tardíamente el reconocimiento a su obra poética, narrativa y ensayística. Su legado, como él dispuso, quedará depositado en Cádiz a través de una fundación que llevará su nombre y que tendrá su sede, según anunció ayer mismo el Ayuntamiento de la capital, en el Centro Municipal Reina Sofía.

El poeta gaditano Jesús Fernández Palacios fue una de las primeras personas que conoció ayer, “muy temprano”, la noticia de la muerte de Carlos Edmundo. Atento como había estado al desarrollo de la enfermedad que padecía De Ory desde mediados de este año, Fernández Palacios, que en octubre lo visitó por última vez, recibió una llamada desde Francia: “No por esperada, su muerte ha sido menos impactante. Siento mucho dolor”. A Jesús se le ha marchado el poeta, pero sobre todo el amigo y el maestro, un creador que ha dejado a la ciudad un rico legado que, como explica Fernández Palacios, “permitirá mantener viva la obra de Carlos Edmundo”.

Plenamente consciente de la leucemia desde que le fue diagnosticada a mediados de año, Carlos Edmundo de Ory murió de madrugada, en torno a las tres, en su casa de Thezy-Glimont. Su mujer, Laura Lachèroy, fue quien avisó a los servicios sanitarios.

Ha muerto en Francia, como él había deseado, pero sus restos no reposarán allí. También en este punto se cumplirá con lo que había dejado estipulado: será incinerado en Francia, posiblemente la próxima semana, y sus cenizas viajarán hasta Cádiz para quedarse en la ciudad en la que nació hace 87 años. Su cuerpo fue trasladado ayer al tanatorio de Morevil, donde aguardará la incineración.

Y también se cumplirá su, quizás, mayor deseo: que su legado se deposite en Cádiz. Así será. Desde hace tiempo el Ayuntamiento y el propio Carlos Edmundo de Ory trabajaban en la futura fundación con el apoyo de amigos como el propio Fernández Palacios, que será patrono. Hace tan sólo dos semanas que la alcaldesa Teófila Martínez tenía previsto viajar a Francia para visitar al poeta y firmar todos los flecos relacionados con la fundación, que será presidida por su mujer Laura. La huelga en el país galo, sin embargo, impidió el desplazamiento y motivó que todo el papeleo se hiciera por correo.

Carlos Edmundo abandonó España camino del exilio en 1955. Primero con destino a Perú, donde fue profesor y nació su hija Solveig, fruto de su primer matrimonio. Dos años después se trasladó a París, donde vivió hasta 1967, cuando, divorciado, empezó a residir en Amiens. Allí trabajó como bibliotecario de la Casa de la Cultura hasta que en la década de los 80 cambió de residencia y se instaló en Thezy-Glimont, dos pequeñas parroquias atravesadas por el río Avre. No era su Cádiz, cierto, pero quizás le evocaba su Andalucía natal el origen etimológico de Thezy, que es Tarsis.

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