Cultura

Pequeños grandes momentos de la literatura universal

  • Muestra de miniaturas sobre la evolución del libro y escenas de obras relevantes

Abrir la puerta del salón de actos de la Biblioteca Pública Provincial de Cádiz es como adentrarse en Liliput. El visitante se siente un gigante frente a las escenas que allí se muestran: monjes trabajando en un scriptorium, Gutenberg con su imprenta, El Quijote en un momento de enajenación, Mary Poppins con su paraguas... Todo en pequeño tamaño.

Son imágenes realizadas por diversos artesanos españoles, que componen la muestra La literatura imaginada. Escenas en miniatura sobre libros y narraciones, que se inauguró ayer y permanecerá hasta el 21 de mayo. En el acto de inauguración estuvo su comisaria y artífice de muchas de las escenas, la periodista madrileña Susana López del Toro, además de la delegada provincial de Cultura, Yolanda Peinado.

La exposición forma parte de la campaña de fomento de la lectura organizada por la Consejería de Cultura y se divide en dos partes, una dedicada a momentos y oficios del libro, ubicada en la zona central de la sala, y otra que recrea escenas de libros y cuentos, colocadas en vitrinas alrededor de la estancia.

Nada más entrar, el visitante se encuentra de frente con una editorial de mediados del siglo XIX realizada por los dueños de la Juguetería Puck de Madrid. Contiene una librería en la planta baja, despachos, salas de edición y maquetación y un gran almacén para archivar originales.

El recorrido continúa con una reproducción de la biblioteca de viaje de El Papa Luna y, luego, con un scriptorium, en el que varios monjes copian manuscritos.

Después puede verse un "momento fundamental" de la historia del libro, según indicó Susana López: la primera imprenta que usó tipos móviles metálicos, en Maguncia, 1445. Y allí está Gutenberg trabajando en su taller. La escena ha sido realizada por ella misma, aunque el personaje fue modelado por Teresa Triviño.

Luego, la "Biblioteca prohibida", con todo aquello que aparecía en la lista elaborada por el Santo Oficio por encargo del papa Pablo IV en 1555.

La exposición hace un homenaje a los libros escolares con la recreación de una escuela rural de 1970, en cuya elaboración, el ovetense Felipe Flores estuvo trabajando dos años.

También hay librerías de viejo realizadas por Miguel Yunquera y homenajes a los atentados del 11-S y 11-M con kioscos que exhiben las portadas de todos los periódicos de aquellos días.

La muestra ha estado anteriormente en Toledo, pero llega a Cádiz con una novedad, un salón literario francés con varias señoras distinguidas de los siglos XVII y XVIII en una de sus reuniones. Fue terminado esta misma semana por Susana López del Toro.

Entre las escenas de narraciones, pueden verse los delirios de Don Quijote, el despacho de Cervantes o una botella de Whisky que contiene elementos que hacen guiños a la vida y obra de Edgar Allan Poe, del que este año se cumple el bicentenario de su nacimiento.

Una bola del mundo abierta con tres personajes en el centro aparece junto a ejemplares de La vuelta al mundo en 80 días, de Julio Verne. También hay una casita de chocolate junto al libro de los hermanos Grimm y un vagón del Orient Express. Está el laboratorio en el que fue creado Frankenstein y Sherlock Holmes junto a su inseparable Doctor Watson.

Entre los personajes de cuentos, aparecen el enano saltarín, el gato con botas, Pinocho, la Dama y el Vagabundo, Alicia o la Bella Durmiente.

El recorrido termina con la recreación del descubrimiento de la tumba de Tutankamon, de la que se han contado tantas leyendas en torno a ella "que llenaron páginas y páginas de literatura novelada".

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