Diario de las artes

Proposiciones visuales de la imagen

AUNQUE el Espacio de Creación Contemporánea de Cádiz ha tenido, desde su inauguración, momentos de gran esplendor expositiva, podemos afirmar que, lo que actualmente tiene lugar en los antiguos cuarteles gaditanos del Paseo Carlos III se puede considerar como un momento totalmente redondo, con todas sus estancias al completo, con muestras de inusitado interés, autores con mucha trascendencia y partícipes de esa amplitud conceptual que debe ser el objetivo de todo moderno Centro de Arte Contemporáneo. Todo esto se constata con lo que el espectador va a encontrar en la institución que dirige Lorena Benot. Tras cruzar las puertas del ECCO, el visitante se va a topar con las obras creadas específicamente para tal espacio por los hermanos Mp & Mp Rosado Garcés, por Fernando Bellver y por el granadino Roberto Urbano, con su magnífico balcón, que parece un elemento más del propio Centro. El patio, ya sin las recurrentes figuras coloristas, se va llenando con los trabajos que, poco a poco, van surgiendo de ese conformador pozo sin fondo que es Arsenio Rodríguez y que son el embrión de una monumental instalación que, próximamente, difuminará el escenario de una plaza gaditana. En las salas de la planta baja, esperan los trabajos de Enrique y Juan, aquellos geniales Costus que iluminaron un tiempo de esperanza. Tres importantísimas exposiciones ocupan, ahora, las salas del piso superior, tres artistas que forman parte del selecto segmento artístico español, el gaditano Alejandro Botubol, el joven artista nacido en Alcalá de Henares Guillermo Mora y la, también madrileña, Almudena Lobera, que ocupa hoy este medio periodístico dedicada a la crítica de arte.

Hace unos años, quiero recordar que fue en la edición de 2013, tuvimos la oportunidad de contemplar en el stand de ABC de aquel ARCO, una expectante instalación de Almudena Lobera 'Lectura superficial' realizada a base de cuadros libros, construidos mediante textos extraídos de obras literarias. Eran piezas que el público podía coger, leer y colocar de nuevo en su sitio. Parte de esta misma instalación es la primera que compone esta gran muestra en la que todo gira alrededor de la imagen, de su imprevisible naturaleza que, unas veces será absolutamente visible y otras estará al servicio del espectador para sentirla y preverla. La muestra, muy bien desarrollada, sin agobiar las intervenciones espaciales y con un recorrido que hace participar, aún más si cabe, en una estructura expositiva que la artista madrileña hace variada y buscando la complicidad de un espectador implicado en todo el entramado conceptual que la misma propone.

Piezas de muy amplia naturaleza compositiva, videoinstalaciones, instalaciones propiamente dichas, fotografías, objetos y hasta dibujos se nos plantean para desarrollar una idea que siempre va a oscilar en el análisis de un concepto y de la imagen que este puede posibilitar. Piezas que presentan desarrollos conceptuales muy curiosos como aquella que plantea una hipotética reunión entre el Presidente Richard Nixon y el director de cine Stanley Kubrick para estudiar la posible película que ilustraría la llegada del hombre a la luna, o el proyecto titulado 'Dinámicas de afinación visual', por el que propone las notas musicales para la graduación de la vista, así como 'Red del espacio profundo', donde un telescopio apunta al fondo de la pantalla de un ordenador en la que aparece la galaxia Andrómeda, en la misma nos hace participar esa dualidad de cercanía y lejanía. También muy significativa es la videoinstalación 'Un espectáculo para la vista'. El autor convierte un espacio del ECCO en una especie de teatro donde se visualiza, casi en primera línea de playa, una escenografía de la misma, de los bañista y de todo lo cotidiano que proporciona un junto al mar.

En otra de las salas, Almudena Lobera nos plantea un análisis de la percepción. Muy espectacular es 'La reconquista del espacio' por la que reproduce una serie de marcos de obras artísticas importantes en las que ha eliminado la pintura, dejando en suspenso el habitual diálogo visual con la obra de arte y posibilitando otras serie de situaciones. También es absolutamente sugestiva, 'La región de lo posible', en la que una ventana sin cristal nos sitúa ante el sentido de la ambigüedad entre lo de dentro y lo de fuera.

Estamos, en definitiva, en una exposición donde lo conceptual proporciona toda la identidad de un arte nuevo, en el que se da una nueva dimensión estética y donde lo artístico busca las complicidades con las miradas expectantes de los que asisten como elementos nuevos que asumen otra realidad.

Almudena Lobera

ECCO

Cádiz

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