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Diario de las artes

Los parajes serranos de Grazalema

CON la crisis poniendo cotas al mercado artístico, con muchas galerías con las puertas cerradas y con las instituciones reduciendo todo aquello que antes destinaban al fomento del Arte, los certámenes de pintura al aire libre se han convertido, en los últimos tiempos, en los pocos vehículos válidos para que muchos artistas tengan una mínima oportunidad para dar salida a sus trabajos. Por eso, son muchísimos los pintores que han convertido los premios de pintura en casi una profesión. Todos acuden a todos lados, todos se conocen y se han formado casi familias que van a los muchísimos sitios donde se suceden estos certámenes, que se convierten en casi toda una fiesta de los artístico.

Cita obligada en la localidad serrana de Grazalema con la pintura al aire libre. Décima edición de un Certamen de Pintura que, ya, ha llegado a su mayoría de edad y que ha servido para que, poco a poco, el Ayuntamiento que ha presidido, hasta ahora, la dinámica alcaldesa María José Lara vaya consiguiendo una colección de obras de importancia conformada por nombres de inusitada trascendencia y con una calidad manifiesta debido a la profesionalidad de unos artistas que, en unas horas, son capaces de estructurar obras de calidad contrastada. Estamos ante uno de los Premios con mayor trascendencia y con mayor interés para la legión de fieles artistas que acuden a Grazalema auspiciados por la importancia de la convocatoria y por la belleza de los parajes.

En cuanto a la naturaleza artística del certamen, este responde a los postulados habituales que anima la realidad plástica actual. La figuración se hace presente en todos sus abiertos registros. Pintura rápida, de trazo determinante, contenido fijación a los parámetros de los modelos elegidos, economía de elementos pictóricos y mucho, quizás demasiado, interés por mostrar una modernidad y un carácter distinto a los demás, aunque ello vaya en perjuicio del final de una obra que podría haber alcanzado mejores resultados.

En el Certamen de Grazalema se ha podido ver de todo lo habitual en este tipo de situaciones. Rápidas pinceladas impresionistas que se vuelven expresionistas en los más arriesgados o en aquellos con solvencia para llevarlos a cabo, fáciles recursos de pintores avezados, así como actuaciones con registros extrapictóricos con ansias de expectación. Todo lo cual se traduce en una pintura abierta, que descubre a buenos artistas y, lógicamente, acusa a los menos afortunados.

Esta décima edición del Certamen de Pintura al aire libre de Grazalema, con menos participación por coincidir con otros premios de parecida convocatoria, ha tenido el siguiente palmarés: Primer Premio. Juan Miguel Álvarez Páez; Segundo Premio: Jaime Jurado Cordón y Tercer Premio: Fermín García Villaescusa; habiendo recaído el premio al artista local en la obra presentada por Ángeles Nieto Fernández.

Un año más la bella localidad de Grazalema se convierte en centro de interés para una legión de pintores que buscan dar salida a su obra en este tiempo de míseras carencias. ¡Que no decaiga!

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