El jerezano Juan Miguel del Castillo comenzó a escribir en 2013 una historia inspirada por su vecina. El director de cine se enteró, por la televisión, de que la mujer que vivía a su lado había sido desahuciada y no tenía ni para comer. Enseguida la máquina de pensar comenzó a funcionar y plasmó la historia de Rocío y Adrián.
El camino no fue fácil, todo comenzó con una campaña de crowdfunding para pagar los primeros gastos de la producción que terminaría asumiendo la productora Diversa Audiovisual . La recién ganadora del Goya a Mejor Actriz, Natalia de Molina, se sumó al proyecto nada más leer el guión.
Tras las trabas institucionales para poder grabar en algunas localizaciones, 'Techo y comida' se grabó entre Jerez y localidades cercanas. Tras presentarla en el Festival de Málaga y conseguir varios reconocimientos, a partir de hoy la historia de Rocío y Adrián se abre a todo el público a través de una narración dura y honesta que pone sobre la mesa uno de los problemas más duros de la sociedad actual.
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