8 y cuarto, ¿y por qué no?

EN los últimos años nos hemos acostumbrado a ver fotografía entre copas. ¿Y por qué no? Primero fue el Pub Blanco y Negro de El Puerto, y posteriormente Damajuana, con una oferta fotográfica que nada tiene que envidiar a otras muchas salas de la provincia.

También nos hemos acostumbrado ya a que la fotografía venga de la mano de prestigiosos estudios de arquitectura y urbanismo de la ciudad, como la SalaCal de Ramón González de la Peña, o la de Manolo Fustegueras en la calle Santo Domingo, que nos sorprendió recientemente con uno de los trabajos fotográficos más interesantes de los últimos años, 'Danza, Amor, Sometimiento', del monstruo Miguel Ángel González.

Pero si creíamos que lo teníamos ya todo experimentado, cual es mi grata sorpresa al encontrarme fotografía entre 'trapos'. Me estoy refiriendo a la singular experiencia que la tienda de modas '8 y cuarto' de la calle Pozuelo 4 está llevando a cabo con fotografías de Niklas Montelius, y que podrá contemplarse hasta el 12 de julio.

Entre la ropa del vanguardista local podemos toparnos con una serie de instantáneas brumosas que convierten el paisaje urbano cotidiano en algo entre lo fantasmagórico y lo poético. O detalles de puertas y fachadas de casas nobiliarias de nuestra ciudad. Es la singular mirada de Niklas, un sueco afincado en Jerez que no deja de sorprendernos por su visión fotográfica, mezcla de conceptos distintos y distintas formas de interpretar la realidad, fusionando técnica (generalmente en blanco y negro) y sentido para interpretar la captura fotográfica de manera inusual y para nada improvisada.

Quizás a un purista, todo esto de sacar las fotos de la seriedad de los consagrados espacios expositivos, no le parezca ortodoxo. Pero a mí me parece fantástico. A un porcentaje elevadísimo de personas le da urticaria pisar una sala de exposiciones, por lo que la regla sobre el acercamiento de Mahoma y la montaña me parece absolutamente justificable. Si el personal no va a la cultura, la cultura debe tirarse a la calle, o a los bares, o a los estudios de arquitectura, o a las tiendas de moda a la búsqueda del personal. ¿Y por qué no?