"El teatro tiene mucho encanto, en el escenario no hay trampa ni cartón"
El artista interpreta a Toribio Clarinetti en la zarzuela 'La canción del olvido', que se presentará el 28 y 29 de mayo en el Villamarta, un género que el actor lleva en la sangre
Nacido en Madrid, Luis Varela (1943) es gato, gato. Se crió en una corrala, y casi que llevó así una vida de zarzuela, un casticismo que ha mamado desde niño. Desde pequeño le atrajo el teatro y no tardó en formar parte de la compañía de Fernando Fernán Gómez. Hizo la carrera de Piano, aunque dice que toca "de andar por casa", pero se decantó por los escenarios. Y desde los seis años hasta la actualidad, no hay tablas ni casi plató que se le haya resistido a Varela. En televisión está desde su inauguración, en 1956, con los populares 'Estudio 1'. Ha participado en películas, obras de teatro, hace doblaje, pero confiesa que se siente realmente a gusto con la zarzuela, lo lleva en la sangre. Ahora, los días 28 y 29, pondrá en escena en el Villamarta 'La canción del olvido'. En Jerez afirma que se siente "como en casa".
-¿De dónde le viene esta pasión por la zarzuela?
-Yo empecé en esta profesión de chaval, como a los 9 ó 10 años. Pero nunca me había planteado hacer zarzuela, aunque mi abuelo, a quien no llegué a conocer, tenía una compañía, mis tías eran sopranos y mi padre y mi hermano, músicos. Yo empecé haciendo teatro, luego cine, televisión como actor. Hasta que un año, hace ya 18, me llamaron del Teatro Nacional de la Zarzuela para participar en un homenaje al director José Luis Alonso. Debí hacerlo normalito porque empezaron a llamarme ya..., y en el Teatro Nacional hago una producción al año, en el Campoamor de Oviedo, compañías privadas, y ahora lo que más me dedico es a hacer zarzuela. Aunque lo compagino con teatro hablado, televisión y cine.
-¿Le cambió el concepto cuando empezó a hacer zarzuela?
-En definitiva es teatro no sólo hablado, sino cantado. Me gustó mucho y lo encuentro muy ameno. Me gusta mucho hacer zarzuela y trabajar con compañeros que son magníficos cantantes a nivel nacional e internacional.
-'La canción del olvido' la tiene ya bien aprendida.
-Sí, hice un montaje hace como 14 ó 15 años con el director italiano Pier Luigi Pizzi y ahí me eligió para hacer el papel de Toribio Clarinetti y fue en la presentación en el Teatro de La Zarzuela de Ainhoa Arteta. Luego ya me llamaron otros directores como Paco Matilla y Francisco López, del Villamarta.
-¿Cómo ha ido cambiando esta zarzuela a lo largo de los años?
-Bueno, son distintos montajes. Son tres visiones distintas y las tres muy bonitas e interesantes.
-¿Qué se aportan mutuamente la zarzuela y usted?
-Me hace una pregunta muy curiosa. La zarzuela me aporta una partitura maravillosa, una dirección maravillosa, y yo a ella la experiencia que yo tengo no sólo de zarzuela sino en ésta en particular.
-¿Y al personaje?
-Trato de darle alegría, humor y gracia para que el público se ría, es mi cometido.
-¿Es el humor una forma de acercar más este género al público?
-'La canción del olvido' es muy divertida y esta versión tiene muchas cosas entretenidas. Es un montaje muy espectacular. Creo que sí es una manera de acercar, aunque en los últimos años la zarzuela se está cuidando bastante, incluso modernizando, con nuevas versiones para atraer al público joven. Porque al público joven le mencionas zarzuela y parece que le estás hablando de una antigualla pero cuando van a verla se quedan perplejos.
-Un ejemplo es su hijo, el dj Christian Varela, su fan incondicional.
-Sí, no se pierde casi ninguna representación. Recuerdo que fue en Oviedo, era el Día del padre y vino a pasarlo conmigo. Le dije que tenía que hacer una zarzuela y al principio puso una cara... Pero le gustó tanto, que fue los tres días de la representación a ver la zarzuela, que era además 'La del manojo de rosas'. A partir de entonces, si puede, va a ver todas las zarzuelas que hago. Se enamoró de ella. En la zarzuela hay auténticas joyas y creo, yo que he salido mucho a los teatros extranjeros, que se le tiene auténtica adoración en el mundo. Hay mucha entrega del público. Es locura. La zarzuela es muy bonita, alegre, muy española...
-¿Tiene algún título en especial que le gustaría representar y que no ha hecho aún?
-Pues ya he hecho 30 títulos. Soy casi un lírico. No hay ninguno en especial, creo que he hecho, no todos, pero de los que normalmente se hacen, casi todos.
-¿Se encuentra cómodo en papeles cómicos?
-Bueno, hago lo que me echen. Toco todos los palos y llevo toda la vida haciendo esto. Lo mismo me da dramático que cómico que cine, que televisión... No tengo preferencias, pero lo que más me gusta es el teatro, es la madre de la interpretación.
-¿Qué diría su abuelo si le viera?
-(Risas) No sé. Diría: "Quién me iba a decir a mí que al cabo de tantos años iba a tener un nieto que trabaja en los mejores teatros líricos".
-Acaba de grabar la última temporada de Cámara Café, en la que hace de Gregorio Antúnez, ha concluido el rodaje de 'Balada triste de trompeta' de Álex de la Iglesia, viene de Oviedo de hacer 'Los Gavilanes', ahora Jerez... Usted no para. Le falta ser cantante de ópera.
-Uf, eso sí que es dificilísimo. Me dan mucha envidia los cantantes de ópera. Bueno, la verdad es que a partir de ahora me voy a tomar las cosas con más tranquilidad. Tengo que ir más despacio. No soy un chaval. Además, la memoria ya no es la misma. Antes me aprendía un periódico en media hora. Haré cosas que no me den mucha batalla.
-¿Cómo consigue esos cambios de registros sin volverse loco, de la tele a un escenario de teatro?
-Bueno, son cosas tan distintas. En el teatro tienes al público delante, ahí no puedes parar porque se te haya olvidado el papel. No tiene trampa ni cartón. Tiene un encanto especial porque notas el calor de los espectadores. En televisión ya es otra cosa, es prefabricación. No son fáciles ninguno de los dos.
-Antúnez es un cascarrabias. ¿Y usted?
-¡Yo no soy así, para nada! No digo ni tacos. Pero me ha gustado hacer ese personaje. Sólo me gusta parecerme a mí mismo.
-Lo mejor de Luis Varela es...
-Que me llevo bien con todo el mundo y mi seriedad profesional.
-¿Y lo peor?
-Esta dichosa alergia (risas).
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