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Análisis

carmen pérez

Universidad de Sevilla

Del Cripto Bowl, al veto

La Super Bowl, con casi 60 años de historia, es uno de los acontecimientos deportivos más importantes de EEUU y con mayor audiencia en todo el mundo. No sólo por la afición deportiva sino por el esperado show del intermedio. Las empresas pueden llegar a pagar en publicidad hasta siete millones de dólares por 30 segundos. En 2022, los anuncios del mundo cripto fueron tantos -eToro, Coinbase, FTX y Crypto.com-, que el evento se rebautizó como el Cripto Bowl. Este año el cambio ha sido radical: han sido vetadas. Todo un símbolo del paso del cielo al infierno.

No sólo en la Super Bowl, el ámbito crypto desarrolló estos últimos años un esfuerzo impresionante en publicidad, adentrándose en muchos de los deportes de más alto nivel, donde está concentrado su público objetivo. Por ejemplo, la plataforma Coinbase se convirtió en el socio en exclusiva en la NBA. El Manchester City o la Copa Mundial de la FIFA también firmaron contratos supermillonarios en este sentido.

Con las criptofinanzas se había desatado algo así como la fiebre del oro de los estadounidenses hace 170 años, cuando unos pocos explotaron el sueño de muchos. Fabio Panetta, miembro del BCE, definió en 2022 a los criptoactivos como el Salvaje Oeste, advirtiendo que es la codicia humana la que les da valor: sólo hace falta que algunos muestren grandes ganancias para convencer a muchos otros de lo que se están perdiendo.

Este año, la Liga Nacional de Fútbol Americano ha prohibido rotundamente cualquier anuncio publicitario relacionado con las criptomonedas, cancelando los acuerdos previos que estaban programados. Fox Sports, la señal emisora del megaevento, comunicó la medida, explicando que se produce en respuesta a la dramática quiebra en noviembre de 2022 de la plataforma FTX.

Para las criptomonedas el pasado año fue un año dramático. Su capitalización retrocedió en 1,5 billones de dólares. La primera gran caída fue protagonizada por la moneda Luna, una stablecoin fundada por el singapurense Do Won, que utilizaba una red bolckchain, Terra, también creada por él. En mayo hubo ventas masivas, que hicieron que su valor cayera de 1 dólar a 11 céntimos. En total, una pérdida de 40.000 millones de euros, arrastrando a otros fondos a la bancarrota. Bitcoin perdió la mitad de su valor y desde entonces no se ha recuperado.

Y entre los numerosos sucesos adversos, el peor fue el ya señalado, la caída de FTX, la tercera en importancia, tras Coinbase y Binance. La mala gestión y el desvío de fondos -10.000 millones de euros- hacia otras empresas de Bankman-Fried, su fundador, dejaron a la plataforma sin liquidez. El intento de venta a Binance no funcionó y los inversores entraron en pánico intentando retirar, sin éxito, su dinero.

Desde esta Tribuna siempre se ha defendido la necesidad de regular este sector y de mantenerlo separado de los sistemas bancario y financiero. Y regularlos además como lo que son: casas de apuestas. Nos alegramos de que esta semana Fabio Panetta lo haya dicho también sin tapujos: "No podemos darnos el lujo de dejar las criptomonedas sin regular. La regulación debe reconocer la naturaleza especulativa de las criptomonedas sin respaldo y tratarlas como actividades de juego."

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