Línea de fondo

Santiago Cordero

Santiago.cordero@jerez.es

¡El gran Jeré!

El pueblo que es capital del mundo

AFIRMAR que Jerez es un gran pueblo no nos cabe la más mínima duda. Solo con atender a su extensión territorial nos basta y nos sobra para afirmarlo. Incluso podemos presumir que hace unos cuantos siglos atrás, las exportaciones de vinos suponían aproximadamente un 20% del total del país, lo que deja muy a la vista la importancia de Jerez.

Recuerdo que mantuve una conversación hace casi treinta años con Antonio Sánchez, hijo del mítico piloto de motos Peluqui. Más o menos él me vino a decir, con cierto tono de hastío, que cuando salía a colación el trágico momento del accidente de su padre, todo el mundo afirmaba haber estado presente, justo en el fatídico instante, en aquella maldita curva. Al final llegamos a la conclusión de que eso solo pasa en los pueblos.

Luego vinieron otros pilotos que intentaron triunfar en el mundo del motociclismo, pero como siempre ocurre en los pueblos, cuando hace falta dinero para dar un salto de calidad, pues no lo hay, aunque eso sí, si eres político del gobierno de turno, Jerez es la capital mundial de motociclismo y, si le coge con una copa de amontillado, Jerez es el ombligo del mundo. Cantizano, Cantalejo, Pemartín, Nito Donaire, Fermín Anguita, los hermanos Olmedo, pasando por Raúl García hasta llegar a Cañero lo intentaron y llegaron a conseguir más o menos logros, pero a la hora de la verdad nunca sabremos cuál hubiese sido el verdadero techo de ellos. Así que ampliamos el radio y apareció el gran Jeré, que en su día acuñó Pacheco, e hicimos nuestros al sevillano José Luis Cardoso o a los hermanos Gavira de la Estación de San Roque.

Curiosamente, los pilotos catalanes y valencianos son los que tienen talento para llegar a al mundial de motos. Talento y el dinero necesario para ir subiendo peldaños en su formación como pilotos.En el automóvil de competición esto es si cabe mucho más evidente y flagrante. Tuvimos pioneros como Luis García o Amador, quien se ha convertido por su pasión y su constancia en el estandarte jerezano del automovilismo de competición, pero desgraciadamente es bandera de ir por casa, es decir querido, respetado, admirado en Jerez y los alrededores.

Pero pilotos de élite, nadie. Tuvimos un par de ases de la baraja. José Antonio Páez era el niño prodigio del pilotaje español, pero un accidente de tráfico sesgó su vida y su carrera un miércoles lluvioso de mediado de los noventa. El otro era Sergio García, que continuaba con la saga paterna, hizo una buena carrera como piloto, pero llegado el momento, faltó lo que, por ejemplo, al hijo del dueño de Aston Martin le sobra para ser compañero de Fernando Alonso. El dinero de papá. También lo intentaron otros, como Galán, Reina, Alberto García, hijo de Peyo, mecánico de muchos pilotos especialmente de Amador Jaén. Pero llega un punto en el que los sueños se desvanecen y solo queda practicar el motor de competición en modo hobby.

Pero bueno, siempre nos quedará la alcaldesa o alcalde de turno el domingo del Mundial de Jerez, al término de la carreras, con la euforia de haber pasado varias veces por la ‘mezzanina’ para reponer el catavino con el mejor caldo del mundo para pregonar a los cuatro vientos que Jerez es la capital mundial del motor.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios