Extraterrestres

El autor plantea sus incertidumbres sobre el horrible conflicto bélico de Ucrania, temiendo que alcance dimensiones planetarias y de cuyo desenlace, al parecer, hasta profetizó Nostradamus

Soldaditos de plástico verde con apariencia de invasores extraterrestres. Soldaditos de plástico verde con apariencia de invasores extraterrestres.

Soldaditos de plástico verde con apariencia de invasores extraterrestres. / © zhonnetiks

Profecía es un don sobrenatural para conocer, por inspiración divina, las cosas distantes o futuras. Con la pandemia aún pasando trágicas facturas desde 2020, sólo faltaba una horrible guerra en pleno corazón de Europa, para sumirnos en la desgracia más absoluta. Reinan la amargura e incertidumbres, concitando a diestro y siniestro una misma pregunta generalizada: ¿Qué nos quedará por ver? Ése era también el sabio interrogante utilizado por mi madre para aludir a la socorrida Ley de Murphy, según la cual todo lo malo es susceptible de empeorar. Ante un contexto tan delicado e imprevisible, bueno sería que una mente privilegiada y clarividente nos aventurase lo que está por llegar, pues nos va la vida en ello.

Aunque la invasión de Ucrania por parte de Rusia se veía venir, su constatación ha provocado un shock internacional, cuya trascendencia real todavía no acabamos ni de intuir. Lo que sí sabemos es que desde el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, la paz del planeta jamás había estado tan en jaque como hasta ahora, cundiendo el riesgo de que el conflicto, lejos de resultar breve, alcance dimensiones planetarias, lo que supondría el uso del terrorífico armamento nuclear. Es decir, el apocalipsis llama a la puerta, sumiéndonos en la psicosis colectiva, viviendo con el corazón en un puño a expensas de que a Putin le dé por apretar el botón rojo. Y lo peor de todo es que, al margen de solidarizarnos o seguir con desaliento el trágico día a día, debemos encogernos de hombros y preguntarnos cuándo y cómo acabará este horror.

Extraterrestres. Extraterrestres.

Extraterrestres. / © zhonnetiks

Puestos a buscar respuestas, el filósofo, matemático, astrólogo y alquimista francés Michel de Nôtre-Dame, conocido popularmente como Nostradamus, publicó en 1555 el libro titulado 'Les Prohéties' ('Las Profecías'), en el que aportaba una serie de predicciones, utilizando como método 942 cuartetas poéticas, llenas de metáforas y ambigüedades, con las que pretendía adivinar el futuro. Quienes han estudiado sus teorías, afirman que el intelectual galo llegó a predecir el devastador incendio de Londres en 1666, el asesinato del Rey Enrique IV de Francia en 1610, el lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945, la muerte del presidente estadounidense John F. Kennedy en noviembre de 1963 o los atentados del 11 de septiembre de 2001. Nostradamus también aludió a "la muerte repentina del primer personaje y pondrán otro en su reino", algo que se ha asociado a la caída de Vladimir Putin, aunque antes del inicio de este conflicto ya lo vincularon con la muerte de la reina Isabel II o a la de Kim Jong Un. Por todo ello, mejor no recurrir a la bola de cristal.

Ante el angustioso drama bélico que padecemos, en lugar de viajar al futuro, preferiría volver de inmediato a la infancia para que todo lo relativo a la guerra fuesen, como mucho, aquellos soldaditos de plástico verde con apariencia de invasores extraterrestres, que ingenuos usábamos para jugar por puro desconocimiento de lo que significaban o suponían. Quién iba a decirnos que los conquistadores alienígenas no vendrían de otra galaxia lejana, sino que ya estaban entre nosotros…

(*) Jesús Benítez, periodista y escritor, fue Editor Jefe del Diario Marca y, durante más de una década, siguió todos los grandes premios del Mundial de Motociclismo. A comienzos de los 90, ejerció varios años como Jefe de Prensa del Circuito de Jerez

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