Manuel Sánchez

Implicaciones inflacionistas de la guerra

05 de marzo 2022 - 01:38

La guerra en Ucrania tras la invasión de Rusia abre un nuevo escenario global y representa el mayor reto que afrontan Europa y la Alianza Atlántica desde la II Guerra Mundial. Al mismo tiempo, podría dar lugar a una reconfiguración de los equilibrios geopolíticos y socioeconómicos del continente por primera vez tras la caída del muro de Berlín en 1989.

Más allá de la grave crisis social y humanitaria, en términos económicos destaca la importancia estratégica de la región tanto desde el punto de vista energético como de otras materias primas clave (metales, minerales, alimenticias). En los últimos días se ha producido un fuerte repunte de los precios de la energía, lo que impacta en un mayor aumento de los costes de producción y en la erosión de la renta disponible de los hogares, unido a la posibilidad de que se produzcan recortes del suministro.

Esta evolución al alza de los precios energéticos previsiblemente continuará a corto plazo, con implicaciones en los niveles de inflación, especialmente en Europa ante la fuerte dependencia energética de Rusia. En concreto, las importaciones de gas ruso representan en torno a un 40% del total, y las del petróleo aproximadamente un 25%.

De esta forma, en una coyuntura en la que las elevadas presiones inflacionistas ya estaban erosionando el crecimiento económico mundial y las perspectivas este año, la guerra en Ucrania ha acentuado los riesgos globales. A pesar de los actuales niveles de inflación, aumenta el riesgo de que los bancos centrales tengan que modular la normalización de su política monetaria para evitar un mayor impacto negativo en la senda de crecimiento económico y las expectativas.

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