Índice subyacente

Nos informan de la subida o bajada del Índice de Precios al Consumo (IPC) y de los debates que suscitan esos datos. Hace unos meses con un IPC en España del 4,1%, en agosto ha bajado al 2.6% (de los mejores de “Europa”) Está bien…pero el Índice de Precios al Consumo Subyacente está en el 6,1%, que no es de lo mejor de la Unión Europea. Al IPC subyacente le quitan las subidas o bajadas de los alimentos no procesados y los precios de la energía. Una guerra, Ucrania, una sequía, pueden variar los IPC.

El IPC subyacente del 6.1% es alto respecto a la Unión y nos afectan en los mercados en los que compramos los ciudadanos. Si el aceite de oliva virgen se pone por las nubes (21,50 € el litro), si las frutas, las verduras suben, si las hipotecas suben, si las entidades prestamistas cobran por un papel… ¿Podrá la población joven comprar una vivienda de Protección Oficial, si las hubiera? ¿Se atreverán a tener al menos 1 hijo? ¿Aumentará la xenofobia?

Suben los precios y baja la calidad de los productos agrícolas. Ciruelas rojas, amarillas, fresones, aguacates, paraguayos, es como jugar a la lotería: cuestión de suerte. La fruta de mejor aspecto, sin mácula, bonita y en boca, para tirarla. ¿Saben a algo los tomates, las zanahorias, el perejil…?

Creo que el gobierno que salga, que sea pronto, tendrá que intervenir no solo en los precios, sino en las calidades. ¡Que una lechuga sepa a lechuga!

Al igual que España se altera por la entrada de capital saudita en Telefónica, debería también preocuparse en preservar la soberanía alimentaria.