
Tribuna Económica
Joaquín Aurioles
Elegir Andalucía
Desde que el recuento de votos comenzó a mostrarnos la dura realidad de la jornada electoral del pasado domingo para el Partido Popular, que siendo ganador ha obtenido “una amarga victoria”, he tenido que escuchar como los llamados tertulianos; la mayoría periodistas; expertos demoscópicos diversos, analistas varios y políticos profesionales de todo el espectro ideológico, dábamos por hecho lo que había sucedido, cuando la realidad era que, a caballo de las diversas encuestas preelectorales y sobre todo de las ofrecidas por algunas empresas; que habiéndolo clavado en recientes comicios ahora han fracasado estrepitosamente en sus cálculos; la gran mayoría de votantes, menos los socialistas muy optimistas y en general los militantes de izquierda, temerosos del desembarco en el gobierno de representantes de VOX, asumían un auténtico Tsunami favorable a los Populares; vamos un paseíllo; lo que finalmente se ha convertido en una altísima participación de los ciudadanos y en una evidente movilización del llamado voto progresista, que ha deparado un sorprendente y enrevesado resultado que; al perder el partido liderado por Abascal un buen número de diputados, no les da mayoría suficiente para poder gobernar, mientras que el conjunto del resultado electoral, contando naturalmente con todos los “socios” que hasta ahora le han apoyado, si que podría propiciar la continuidad de Sánchez al frente del Gobierno de España, aunque para ello quizá tendría el PSOE que aceptar el apoyo del huido y condenado Puigdemont, lo cual no dejaría de resultar lamentable y esperpéntico…
Combinaciones, todas las que usted lector quiera, pero la realidad es que nadie suma lo necesario y a pesar de que el señor Feijoo manifestó en la misma noche del domingo su intención de presentar su candidatura para presidir el nuevo gobierno y que el señor Sánchez; que por cierto en su comparecencia esa noche estuvo más mitinero que gobernante y nada respetuoso con los ocho millones largos que con su voto apoyaron al PP y a VOX, a los que tildó de “involucionistas” que quieren derogar todos los avances de progreso en el país; además de ignorar la obligada cortesía con los ganadores, a los que solo mencionó para atacarles una vez más; está dispuesto a continuar en la Moncloa, cabe y mucho la posibilidad de que lleguemos al bloqueo, en la constitución de ese nuevo gobierno e incluso a la repetición de las elecciones, ya para el aún lejano mes de diciembre…
Y ante esta situación, uno piensa si no cabe preguntarse; posiblemente habrá quienes se lleven las manos a la cabeza por mi idea; si no es posible que en España, en pleno siglo XXI, volvamos a repetir aquellos llamados “Pactos de la Moncloa”, en los que representantes de las distintas fuerzas políticas que habían estado totalmente enfrentadas e incluso combatido en la Guerra civil, tuvieron la generosidad de sentarse en una mesa y consensuar las bases de una democracia que ya felizmente se prolonga más de cuarenta y cinco años…
¿Acaso no es posible que ahí, en esa idea, esté la auténtica solución del embrollo en que, entre unos y otros y en estas elecciones “guerracivilistas” hemos convertido España? ¿Es que aquí, en este extremo sur de la Unión Europea no es posible, como ha ocurrido en otros países como en Alemania sin ir más lejos, que PP y PSOE alcancen un pacto para normalizar la vida política…?
Pues solo es cuestión de poner voluntad…
Y con esta reflexión, les dejo hasta las vísperas de la Patrona, en ese septiembre que aún se antoja lejano, cuando si mi director lo acepta, regresaré con la atalaya del BIENTEVEO…
Buen verano a todos.
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