Perdidos en la selva

12 de junio 2023 - 01:00

En el Libro de la Selva, Kipling cuenta la historia de un niño perdido en la jungla y criado por una manada de lobos; un relato con las que el autor quiso plantear reflexiones morales que Disney se encargó de dulcificar en una fantástica película. Un conjunto de cuentos que habla de cuidados e inclusión, del respeto a la ley natural en un medio hostil, de la experiencia del rechazo y la superación de las dificultades. La historia de los 4 hermanos vagando por la selva colombiana y hallados después de 40 días, tiene asombrado a cualquier persona con un mínimo de sensibilidad.

Sirve también para situarnos en las fortalezas y debilidades de nuestra Sociedad del Bienestar, una comunidad que anda algo perdida en una selva de confusión vital y conceptual. Lo que nos enseña esta increíble historia es como la vida se abre paso contra toda lógica con una niña de tan solo 13 años que cuida y protege a sus hermanos en un medio donde la vida se hace imposible. Valores como la fraternidad, el valor de la familia, la generosidad en los cuidados, la resistencia a darse por vencido, la solidaridad de los rastreadores que vencieron las dificultades ante la falta de entendimiento, la dimensión religiosa y espiritual de las tribus indígenas -que contrasta con la de un Occidente descreído-, se contrapone en no pocas ocasiones con el individualismo del Primer Mundo, eficaz y soberbio para crear nuevos derechos a veces perversos, miope ante una modernidad que desecha el acervo de creencias y tradiciones tachadas de retrógradas y con escasa resistencia al fracaso aderezada de falta de esfuerzo y desprecio por la vida.

La debilidad mental elevada a categoría pandémica ha conformado un techo de cristal sobre todo para los más jóvenes que cree que el Estado les proveerá. No sé quien anda más perdido ni que Selva es más peligrosa.

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