Petróleo caro, petroleras baratas

La cotización del barril de Brent se ha vuelto a encaramar a los 85$. La recuperación del turismo incrementa la demanda global de hidrocarburos un 1,5% este año, a pesar de la decepcionante reactivación de China. Para 2024 se prevé un aumento similar, liderado por las economías emergentes, que más que contrarrestan el esfuerzo de eficiencia energética en el mundo desarrollado.

Por el lado de la oferta, la OPEP está al mando. La decisión de Arabia Saudí de recortar en un millón de barriles su extracción diaria y el leve descenso de las exportaciones de Rusia dejan la producción alineada con el consumo, manteniendo los inventarios en niveles históricamente bajos.

Este precario equilibrio apunta a que el barril seguirá oscilando alrededor de los 80$ en los próximos meses. Son malas noticias para la inflación, ya que pronto la comparación interanual dejará de ser negativa, y el IPC general repuntará cuando la tasa subyacente sigue en el 6%. Esto obligará al BCE a mantener una política monetaria prolongadamente restrictivas que irá lastrando cada vez más el crecimiento.

Pero son noticias muy positivas para el sector energético en las bolsas. Mucho más disciplinadas en sus inversiones en nuevos yacimientos y mucho más enfocadas en la creación de valor para sus accionistas, las petroleras seguirán generando enormes beneficios con los que reducir su deuda, acelerar su transición a las energías limpias, aumentar los dividendos y retirar acciones de circulación. Todo esto cotizando de media en Europa con un PER (Precio/Beneficios) inferior a 7, una rentabilidad por dividendos de más del 5%, y las cotizaciones estancadas desde hace un año.