Análisis

santiago cordero

Pregúntate qué puedes hacer tú por tu país

Los clubes se endeudan y los socios pagan

John F. Kennedy pronunció en su discurso para la toma de posesión de la presidencia de Estados Unidos la famosa frase que rezaba lo siguiente: "No te preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregúntate qué puedes hacer tú por tu país".

En estos tiempos tan difíciles que nos ha tocado vivir, la sentencia de Kennedy adquiere mucha actualidad y relevancia. Sobre todo cuando se nos exige más solidaridad y respeto que nunca. Se me vienen a la cabeza esas fiestas clandestinas en mitad de esta maldita pandemia, donde gente de toda condición se ha saltado las normas y recomendaciones, importándole un bledo que el virus se propagase o no, ni el daño y las víctimas que causase.

Pero la famosa frase del desafortunado presidente americano además de necesaria para nuestro día a día está siendo muy recurrente y utilizada por el mundo del deporte. Hace poco, Joan Laporta, haciendo un símil, dijo cuando ganó las elecciones al Barca lo mismo que Kennedy, pero cambiando país por Barça. De manera análoga, otros presidentes de entidades más modestas que el club blaugrana están haciendo suya la frase de marras, que terminará siendo una frase manida, y es que la falta de aficionados en las gradas está no solo mermando los ingresos de los clubes, sino desequilibrando de manera muy grave muchos presupuestos.

Llegados a este punto, ningún presidente, por lo menos yo no lo he escuchado, ha reconocido que el presupuesto que hicieron el pasado verano contemplando ingresos por taquilla, publicidad estática y otros conceptos, sabiendo que la pandemia no se iba arreglar en cuestión de semanas, sería imposible de conseguir. La solución más fácil y recurrente está siendo la de una mentira o media verdad (que es peor que una mentira, porque al estar disfrazadas de algunas certezas es más difícil de descubrir), todo ello, envuelta en la solemnidad del discurso serio, solidario y de unidad que suelen realizar.

Seguro estoy que los aficionados, en vez de pedir responsabilidades a quienes se atrevieron a concebir presupuestos con ingresos muy por encima de la realidad, obviando la auténtica realidad y gravedad del Covid19, harán un esfuerzo extra e inyectarán dinero al club de sus amores en cualquiera de la modalidades que el club haya diseñado.

Porque eso de apelar al patriotismo, al amor por la bandera y el himno común, en tiempos de crisis, el llamamiento a la solidaridad, el apretarse el cinturón por tu país, por el club de toda la vida, es algo que suelen hacer de maravilla la clase dirigente. Reconocer que son responsables de una gestión nefasta ni de locos. Y dimitir. ¿Qué dimitir, ni dimitir? Dimite tú, frase que no dijo Kennedy sino un líder español hecho a sí mismo y surgido del pueblo español, el siempre recordado Rafael Gómez, empresario y político (votado por cierto) más conocido como Sandokan.

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