Los mercados se mantienen con variaciones moderadas en Europa y más pronunciadas en EEUU tras la decisión de la Fed de subir los tipos 25 puntos básicos. El mensaje fue de mayor pesimismo económico, que se compensó con la perspectiva de un próximo final del ciclo de endurecimiento monetario, sujeto a la evolución de los precios, de los datos macroeconómicos y de la estabilidad financiera.

La desaceleración económica y el riesgo de unas condiciones de financiación más restrictivas ganan protagonismo, mientras que la negativa a relajar la política monetaria en 2023 continúa generando incertidumbre en las perspectivas económicas y empresariales.

Aunque la Fed rebajó sus previsiones de PIB para Estados Unidos, los datos de en EEUU apuntan a una cierta resiliencia del mercado laboral, con las solicitudes semanales de prestaciones de desempleo disminuyendo ligeramente respecto a la semana anterior, en tanto que las ventas de viviendas nuevas aumentaron un 1,1% mensual. En este contexto, los índices muestran un comportamiento dispar. En Europa el Eurostoxx 50 se mantuvo con ligeros movimientos al alza.

El deterioro de las perspectivas macroeconómicas se está reflejando en un proceso de ampliación de los diferenciales de la deuda corporativa y una caída de las rentabilidades de la deuda soberana. En las últimas dos semanas, el crédito de peor calidad ha ampliado más que el de mejor calidad y los tramos largos de la deuda pública han actuado de activo refugio, algo que se tradujo en descensos en las rentabilidades.

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