Un café en San Carlos

11 de mayo 2025 - 03:07

Definitivamente hay cosas que no entenderé nunca. En esta clave y no por la importancia objetiva de la noticia, es por lo que lo cuento. Durante meses he ido a San Carlos tres veces en semana. Mientras esperaba, he tomado el café con leche sin azúcar de una máquina, y una botellita de agua. El precio de las cosas ofrecidas por esa máquina, puesta en donde estuvo la cafetería del hospital, era muy razonable, la calidad del café era la previsible. He leído varios libros en mi Kindle en mucha paz en esos períodos de espera. Porque la cafetería era eso, una máquina expendedora. Ni bullicio, ni ruido. Buena luz para leer el libro electrónico y tranquilidad. Ahora parece ser que van a instalar una cafetería, alabado sea Dios. Digo que el café con leche será mucho mejor (y más caro) y habrá cosas, bocadillos, dulces, todo eso. No será una cosa inmediata, a lo mejor hasta después del verano, pero no lo sé. Coincide esta (buena) noticia con las críticas que desde algún partido político se hace del hospital, críticas ácidas, por cierto. San Carlos es como todo lo que le viene sucediendo a este viejo país ineficiente del poeta: no hay patriotismo, todo vale contra. Hace pocos, muy pocos años, no teníamos los vecinos un hospital en la ciudad. San Carlos era un hospital de Defensa que antes, en los 70, lo fue de la Armada. El Servicio Andaluz de Salud provee los médicos, enfermeros, auxiliares, personal en general. Y ha instalado servicios que antes no teníamos. Cádiz está, en estos momentos, en una tesitura de programación de la Sanidad Pública, muy compleja. Porque hay varios hospitales privados concertados, se va a erigir finalmente pero no se sabe cuándo, el nuevo hospital de Cádiz, que será –creemos– un centro de gran capacidad y nivel. Y están los hospitales de Puerto Real y San Carlos, el hospital de San Fernando. La Sanidad es una máquina de gastar, es sabido. Porque cada vez la práctica médica requiere de más tecnología, más personal especializado… y con una población que crece en los últimos tramos de la vida, que es cuando más se necesita de cuidados. ¿El patriotismo del que antes hablaba consiste en derribar, descalificar, destruir o, por el contrario, construir, comprender, ayudar? Puede que los que se lanzan a la descalificación sin piedad no sientan por San Carlos lo que yo siento, que es una especie de sentido de propiedad: San Carlos es mío, la gente que allí trabaja me ha curado, me ha atendido, me ha mirado y oído con mucha sabiduría y bondad. O sea, no pienso levantar mi mano contra esa realidad que antes no teníamos, ese hospital emblemático. Ademas ahora que puede que pronto tenga una cafetería, vamos

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