Análisis

Eugenio Vega Geán

Académico de la RA de San Dionisio y profesor del Colegio La Salle-Buen Pastor

Se cumplen 50 años de vida del colegio La Salle Buen Pastor

Durante el verano de 1971, la comunidad de Hermanos del Colegio La Salle, que residía desde abril de 1953 en el renovado edificio del antiguo Hospital de la Candelaria de la Alameda Cristina (sede también en el pasado del Instituto Provincial de Enseñanzas Media, precedente del Instituto Padre Luis Coloma), se traslada a un construcción completamente nueva que se había alzado en el solar de la antigua Escuela del Buen Pastor. En la nueva ubicación, el centro acoge a alumnos desde párvulos a Bachillerato, y pasa a denominarse La Salle-Buen Pastor, en el registro de fundaciones educativas del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (si bien en la Delegación de Educación y Ciencias se sigue registrando como La Salle, es decir la designación que tenía el centro de la Alameda Cristina).

La reubicación en la zona de la Albarizuela no estuvo exenta de peculiares acontecimientos. El entonces Hermano Director Roberto Arranz describe el cierre en 1966 de la antigua escuelita (fundada en 1919, con el patronazgo del matrimonio Díez-Ysasi): "Se cierra el Buen Pastor por toda una serie de circunstancias. Primeramente las instalaciones, espacios y medios resultaban totalmente insuficientes e inadecuados para las nuevas exigencias… y para un inmediato futuro… se empezaba a vislumbrar la necesidad de agrupación de centros".

La idea que siempre tuvo presente el Hermano Roberto fue la de buscar medios para costear, tras el derribo de las obsoletas instalaciones de Antona de Dios y Roa la Bota, y el reparto de reliquias arquitectónicas por diversos edificios y casa de la ciudad, la construcción de un centro totalmente nuevo, moderno y adaptado a los nuevos proyectos educativos. En el año 1966 se traslada la actividad docente del Buen Pastor al Sagrado Corazón (Mundo Nuevo), y allí se funden en una única comunidad de Hermanos.

En el proyecto de renovación debían entrar varios participantes: la familia Domecq (principal y tradicional benefactor del Instituto) y José María Ruiz Mateos, principalmente. Se renunció a la edificación del nuevo colegio en unos terrenos del Polígono San Benito (aún se conservan los planos y la maqueta de la innovadora creación del arquitecto Miguel Ordoñez Ruiz), donde hoy se levantan las Piscinas Municipales José Laguillo; y en 1968 comienzan las obras en el solar de Antona de Dios de la mano de Fernando de la Cuadra: con la venta a Rumasa de los 3.000 m2 del viejo instituto de la Alameda Cristina se financió buena parte de la construcción. A modo de epílogo sentimental, en 1994 el Hermano Director del Colegio La Salle-Buen Pastor, Ángel García Elena, celebró las Bodas de Diamante de aquella Escuela del Buen Pastor.

Medio siglo después conmemoramos la integración y consolidación de estos dos centros lasalianos en una sola fundación corporativa: fueron las dos fundaciones novecentistas, tercera y cuarta de los Hermanos de las Escuelas Cristianas en Jerez (tras San José y Sagrado Corazón, ambas decimonónicas). Desde entonces las reformas, las ampliaciones, las adaptaciones a las nuevas exigencias docentes, el continuo crecimiento y apertura, la innovación como objetivo definido de una educación al servicio y a la medida de la persona son los perennes caminos por los que viaja la educación de los hijos de La Salle. Las huellas fecundas de nuestros antiguos alumnos, muchos de ellos abuelos y padres de los actuales educandos, se plasman hoy en los nuevos métodos para las nuevas necesidades: la cooperación, los proyectos y los nuevos contextos de aprendizaje responden a la perpetua vocación del aquel Santo de Reims que dejó en Jerez su corazón.

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