Tribuna libre

Francisco Domouso

Un inmenso error o todo lo contrario

27 de julio 2024 - 03:05

Qué error, qué inmenso error. O quizás no haya sido un error, sino todo lo contrario, desde un punto de vista exclusivamente pragmático, más allá de lo coherencia con la marcha de esa iglesia que se ocupa de los últimos, porque de todo hay en esta Casa del Arroyo.

Y aún me lleva más a pensar en esos posibles intereses por desembarazarse de lo importante, para ocuparse de lo superfluo, y me explico.

No puedo entender cómo se razona la salida de la Fundación con la excusa de que la mayoría de las decisiones corresponden más “al ámbito de la gestión pública civil que al eclesiástico” y dedicamos medios y esfuerzos por esas misma razones en otros ámbitos. ¿Cómo se puede concluir con esa afirmación, cuando dentro de la razón de la Fundación está no solo la gestión, sino el calor y el destino del Centro de Acogida San José?

Allí es donde se debe estar. Allí está la esencia de lo que debe ser la representación de la Iglesia en los órganos de atención de los Servicios Sociales, más allá de lo llamado público.

Cómo es que estas decisiones se toman y a la vez se meten a fondo en el embrollo de la conservación de un Monumento Nacional que nada aporta a la esencia eclesial, mas allá de la historia y el recuerdo, desembarcando con personas, departamentos y dineros. Dejar la acción con la acogida a transeúntes sin recursos y al cuidado de las Persona Sin Hogar, es un sinsentido que sólo comporta la justificación para quitarse de enmedio, sin más.

Después de nueve años como estuve en el Patronato, años fructíferos y de compromiso eclesial, se toma la decisión de apartarse de esa parte de los esfuerzos por la dignificación de la vida de estas personas, en nuestra ciudad.

Aquella decisión tomada por el Obispo Don Rafael permitió el cuidado y la organizacion de aquel Asilo San José y al albergue de personas en situación de calle, y siguiendo la estela que dejaron mis antecesores y continuada por el sucesor en la dirección de Cáritas, quizás evitamos decisiones de este tipo y aportamos conocimiento, responsabilidad y trabajo en red.

Pero la realidad se impone y la desazón de determinadas visiones, toman fuerza y aparcan una de las más imperantes misiones que como iglesia tenemos en esta ciudad.

Duele y nos duele a muchos.

stats