Jerez, hacia una viticultura consciente

17 de noviembre 2025 - 03:05

La viticultura ecológica avanza, por fin, en el Marco de Jerez. Hace apenas dos décadas era un concepto marginal, lastrado por la inercia de un modelo dependiente de herbicidas y tratamientos químicos. Hoy, sin embargo, la presión de los mercados y una mayor conciencia ambiental están empujando a viticultores y bodegas a replantear su manera de trabajar la viña.

Conviene recordar que lo “ecológico” no es una revolución, sino un regreso sensato a prácticas tradicionales: cobre y azufre para las enfermedades, laboreo en lugar de herbicidas, y un viñedo que busca recuperar su equilibrio natural. Ese equilibrio —que requiere esfuerzo, especialmente en zonas húmedas— demuestra que la biodiversidad no es una consigna romántica, sino un aliado real para la salud del campo y la calidad de los vinos.

En esta transición, el papel de la investigación es crucial. El centro vitivinícola de la Universidad de Cádiz actúa como motor silencioso: conserva variedades locales, impulsa proyectos con Palomino o Pedro Ximénez y estudia cómo adaptarse al cambio climático. Gracias a ese trabajo conjunto con bodegas y viticultores, el futuro del viñedo andaluz se fortalece.

La viticultura ecológica no es una moda pasajera, sino una apuesta por unir tradición y sostenibilidad. Un modelo que demuestra que es posible producir con rigor, respetar el entorno y mantener vivo el sentido comunitario del vino. El reto ahora es mantener el rumbo y transmitirlo a quienes heredarán estas tierras.

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