Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

Análisis

Andrés Luis Cañadas

Nunca llueve a gusto de todos

Algún año tiene que tocar y este bisiesto se ha constituido, con abundante agua que todos veníamos demandando desde hace ya meses para nuestros exiguos pantanos, en un año fallido, al menos aquí en Jerez, para las procesiones de Semana Santa, lo cual le mueve a uno a la reflexión del difícil papel; de la auténtica papeleta; para quienes deben decidir, ante la amenaza cierta de que la climatología nos juegue una mala pasada si la Hermandad sale para llevar a cabo su Estación de Penitencia…

Si se decide salir y llueve, rayos y truenos para los responsables de la iniciativa, a los que les sacudirán por irresponsables, por exponer el valioso patrimonio de la Cofradía a las inclemencias del tiempo. Si el acuerdo es el de quedarse en el templo y después hace un día de esos que aquí son tan frecuentes, palo seguro a quienes han tomado semejante acuerdo, que ha frustrado a tantos hermanos que estaban pensando en poder vestir su túnica otro año más; y no digamos los que por primera vez lo hacían, y estos miembros de Junta, tan prudentes; conservadores o mejor cobardes, habría que llamarles; se lo han impedido por tomar un acuerdo absurdo, del que seguramente se les pedirá cuenta en el próximo Cabildo, para que no le falte animación al mismo…

Claro que además, junto a la incidencia en el propio seno de la Hermandad, un acuerdo en sentido negativo o positivo repercutirá, seguro, a esos cientos de personas que en estos seis días pretenden ganar el sustento con la venta de golosinas, agua en botellines, y remendar un poco su maltrecha economía familiar; para la que la Semana Santa se ofrece como época bien propicia, al sector de la hostelería, que ha llenado en previsión sus almacenes de mercancía, que probablemente se le quedará sin vender… En definitiva, que se haga una cosa u otra, siempre existe el problema de no acertar, que dependiendo de las nubes y más, en este rincón de la Península, casi siempre sucede lo contrario a lo que deseamos…

Y es que cuando lo previsto se altera, de manera imprevista y poco predecible, no solo la frustración de ese gran público que adquiere unos palcos o sillas que apenas puede disfrutar sino el daño para un patrimonio, tantas veces histórico, de muchas de nuestras veneradas imágenes, además por supuesto del rico ajuar de enseres; bastantes ciertamente valiosos e irrepetible, que con los efectos del agua de lluvia puede recibir un daño no solo importante sino muy difícil y costoso de recuperar…

Vamos, que nunca es mas verdad que en estas fechas de la llamada semana mayor, eso de que nunca suele llover al gusto de todos y si no, que le pregunten a quienes mas elevan, cada día, su mirada al cielo, temiendo que no llueva por el riesgo de perder sus cosechas o precisamente por el daño que un exceso de agua o de frío, puede representar para ellas.

Y no digamos para ese Hermano Mayor que ha decidido, en base a la prudencia, que la Hermandad se quede en su casa o, todo lo contrario, que como la decisión no se corresponda con lo que después ocurra, leña al mono

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios