Santiago Cordero
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La muerte de Manolo Ríos Ruiz viste de luto a una parte importante de la ciudadanía jerezana por su vinculación y prestigio como poeta, escritor, flamencólogo y, sobre todo, como persona entrañable.
Los expertos en literatura y flamenco ya se ocuparán de poner su figura y su memoria en el destacado lugar que merece por lo que en este breve comentario, solamente quiero dejar constancia de lo que nuestro gran poeta significaba para un grupo de jerezanos que durante muchos años hemos convivido en la capital de España.
En la Diáspora Jerezana y el Club de Encuentros Jerezanos estamos muy apenados y tristes con su pérdida porque fue siempre un auténtico y ejemplar baluarte en todas nuestras reuniones. En el Club coincidíamos varios tocayos pero él era siempre Don Manuel y los demás, para citarnos, éramos Manolo, Manolito y Manolín. Para todos tuvo siempre la palabra cariñosa y acertada a la hora de dedicarnos sus magistrales y afectivos versos con ocasión de bodas, cumpleaños, despedidas ó aniversarios.
Echaremos mucho de menos a Don Manuel que ha dado a la vida una media verónica como las que él admiraba de Rafael de Paula, pero nos consuelan unas palabras del salmo: "La muerte de los justos es preciosa a los ojos de Dios".
Para su querida Tina, para sus hijos y para toda la familia, el emocionado pésame en nombre de un grupo de amigos jerezanos.
¡Descansa en paz, Don Manuel!
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