Orlando de Virginia Woolf

He tardado varios años en terminar esa novela escrita en 1928, pero que abarca tres siglos en su narrativa completa. La escritora símbolo de mujer consciente de sus dificultades como mujer en la sociedad inglesa y recorre la historia de Inglaterra durante tres siglos, pero sin abandonar su existencia. Esto le sirve para retratar la sociedad, la historia y costumbres de las diferentes cortes palaciegas inglesas.

Recuerdo que en mi juventud, 1966, los falangistas para reivindicar Gibraltar, unos de los argumentos es que en Inglaterra había muchos homosexuales, y España era varonil.

La novela se lee con facilidad, porque es narrativa, descriptiva, naturista. Orlando, noble varón, con abundante patrimonio, del que hace gala continuamente en su época de encuentro con unos grupos gitanos. Me sorprendió esta afición de Woolf a las costumbres gitanas y recordé a que George Borrow, viajero inglés, personaje interesantísimo, por su cultura y conocimiento de mas de treinta lenguas, enseñó la biblia a los gitanos andaluces durante dos años, en mil ochocientos y pico.

Virginia Woolf crea un moderno andrógino que a voluntad propia se sentía hombre y así se mostraba y convivía con mujeres, que se transformaba en mujer y con cierta belleza física seducía a hombres y mujeres.

La lectura de Orlando es agradable por su estilo lleno de enseñanzas de las épocas, de una saludable crítica social y recomiendo su lectura para este fin del verano