La soledad del polideportivo
La prudente intervención de la Patrona de Jerez
La Sacristía del Arte
La noticia publicada recientemente sobre la intervención de la imagen de Nuestra Señora de la Merced, Patrona de Jerez, ha sido recibida con alivio. Durante demasiado tiempo, la Virgen ha permanecido en un estado de conservación que muchos califican de alarmante. Las grietas y levantamientos en los estratos pictóricos del rostro ponen en peligro lo que poco queda del original primitivo de la imagen, testimonio de siglos de devoción y patrimonio artístico que no podemos permitir que se pierda.
Que se anuncie ahora una intervención para “fortalecer” y “consolidar la imagen”, tal como ha explicado el comendador de la Orden Mercedaria, Felipe Ortuño, es una decisión acertada. No se trata de una restauración que altere su esencia, sino de un trabajo de conservación que garantice que la Virgen pueda seguir siendo venerada sin que su integridad se vea comprometida.
En un momento histórico en el que cada patrimonio artístico cuenta, la prudencia es fundamental: nadie quiere que se repita la polémica de otras restauraciones que han puesto en riesgo obras valiosas.
La Patrona de Jerez merece lo mejor, no solo en palabras y festividades, sino también en cuidados tangibles que garanticen su permanencia. La intervención que se anuncia es, por tanto, una decisión sensata, responsable y necesaria. Es una oportunidad para que la ciudad demuestre que sabe proteger su patrimonio más querido, asegurando que la Virgen de la Merced siga siendo el símbolo vivo de Jerez durante muchos siglos más.
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