Tribuna Económica
Desdolarización global: el inicio del declive del imperio
La gran eliminatoria de la competición festiva, Mundial, Champions… y hasta ese engendro que los dirigentes futboleros se han sacado de la manga para ingresos en sus cajas benefactoras – la de ellos -; sí ese trofeíto, a la altura, en categoría, del que lleva por nombre El Mantecado de Estepa y que juega un equipo que recordar no quiero; esa competición multitudinaria que tenemos en la ciudad y que, aparte de los bulliciosos fines de semana, tiene el gran partido de ida la noche del 24, llega mañana a su decisivo partido de vuelta. Los abrazos volverán a ser modo habitual en unas jornadas y sus siguientes días, deseándonos lo mejor para todos. Abrazos sin ton ni son y los mejores deseos, incluso, para aquellos que no te pueden ver ni en pintura. A mí, por eso de la pintura, me salen enemigos por todos lados; aunque algunos, con la cara más dura que la pata de un paso, me feliciten las fiesta, eso sí, con la boca chica, cosa que no les agradezco, aunque corresponda con un gélido ‘igualmente’. Son las pamplinas de unos días que, aunque gozosos, tienen mucho de falso y de infinitas posturas de conveniencia. Pues como el partido de vuelta comienza dentro de unas horas, es la hora de que todos brindemos por todos. Yo, desde estas páginas, a mis amables lectores, a mi gente leal y buena que siempre están ahí, a mis amigos del mediodía, a los siete que llevo en el corazón, a todos ustedes, les deseo un año lleno de venturas y con todos los deseos cumplidos. También, como dicen mi gran hermano mayor Pepe Castaño, se lo deseo hasta los que no me quieren. Es que, como sentencia Javier Hueso, ‘nos queremos de balde’.
También te puede interesar
Tribuna Económica
Desdolarización global: el inicio del declive del imperio
El parqué
Sesión de máximos
Desde la espadaña
Treinta y uno de diciembre
Nos queremos de balde