Jerez, 1952: el Barcelona gana el primer Trofeo de la Vendimia

El capitán del Barcelona, el gran César, recibe el trofeo de manos del alcalde de Jerez Álvaro Domecq.
El capitán del Barcelona, el gran César, recibe el trofeo de manos del alcalde de Jerez Álvaro Domecq.

25 de agosto 2025 - 06:59

Los jerezanos presenciaron un encuentro mucho más intenso, más impredecible, más intrépido -e incluso de mayores extremos cualitativos- que el por todos esperado. Sorprendió en positivo el Xerez. El Jerez. Fue comentario generalizado. Los azulinos gustaron sobremanera. Entonces, tratándose del año 1952, tampoco era políticamente incorrecto asegurar que el equipo de la tierra había estado “francamente bien”. Nos referimos al partido de fútbol -el anhelo de todos los xerecistas aquel verano- que disputó contra el Fútbol Club Barcelona en el estadio Domecq y que constituyó el mejor cartel posible para inaugurar el aplaudido Trofeo de la Vendimia. Loa y honor para las palabras de Angelito Rodríguez Aguilocho días atrás en aras de su xerecismo congénito. La intervención del cofrade me ha servido para aterrizar en esta columna del “farragosto”, que diría Paco Umbral (y que, andando a paso saltarín los años, recogería en su tocho -sesudo de pluma-, o sea en su diccionario heteróclito, Javier Villán: y es que no era extraño toparse nunca de bruces, en los libros del dandy autor de ‘Mortal y rosa’ con frases como la siguiente: “Jerónimo salió de la cama, desnudo como estaba por el ferragosto”).

El domingo 7 de septiembre de 1952 la afición vibró. Desplegó a sus anchas -y en vista de lo visto- los pliegues de la esperanza futbolística. Ya caída la noche en la ciudad, y en un céntrico bar, Ramón Melcón comenta a Emilio Vara. “Si el Jerez juega en la Liga como hoy, al estilo de un equipo grande, hará una magnífica campaña. Porque en Tercera División no tendrá enfrente a conjuntos de la categoría del Barcelona, que es uno de los mejores de España y esta tarde, ante un equipo tan superior, ha hecho un excelente partido. Seguramente mejor del que muchos esperaban”. No le faltaba razón. El Jerez vendió cara su derrota. El Barca no se encontró con un equipo fácil. Alguien comentó que “el Jerez no fue un juguete en sus manos”. Jamás un ratón en las veloces carreras del gato.

El Barcelona no flojeó. Al contrario. Pero el Jerez sorprendió a propios y extraños con un juego táctico de pases cortos y mucho racheo del balón. Buen fútbol en suma. Kubala hubiese sido, en sí mismo, un espectáculo de rubias ondulaciones y rizosos regates. Pero la calidad -incombustible- de César no le fue a la zaga. César, escurridizo y omnipresente, estuvo en todas partes desde el pitido inicial. Suyo fue, de cabeza rematando un córner lanzado por Basora, el segundo gol. Supo buscar los espacios y supo recibir la pelota. La colocación como virtud. El Barcelona destacó en desmarque y rapidez. El Jerez inició el partido algo nervioso. Natural. El respeto al adversario era síntoma de responsabilidad deportiva. Cuando a los quince minutos ya tenía dos goles en contra, los aficionados se temieron lo peor: un abultado resultado de escándalo.

¿Quién destacó en el Xerez? Jiménez y Portugués, en la defensa, y Álvarez y Mesa en el ataque. Cuentan los veteranos del lugar que Faustino defendió más certeramente que Luengo. Jiménez cuajó una tarde magnífica. Dio el todo por el todo. Seguro de movimientos. Impetuoso. Jugando sin descanso -acudió vez tras vez a la ayuda del compañero-, con limpieza, con corrección, con elegancia. Portugués no despejó jamás la pelota a tontas y a ciegas: mientras el esférico estuvo a un centímetro de sus botas, siempre el pase bien medido acabaría en los centrocampistas del conjunto jerezano (incluso en jugadas de máximo riesgo). En el capítulo del debe: Álvarez y Mesa no terminaron de encontrar el recíproco apoyo en el resto de la línea de delanteros. Ramón Melcón cosechó un buen arbitraje.

¿Las alineaciones? Por el Barcelona: Ramallets (Velasco); Martín, Brugué, Seguer; Fernández, Flotats; Basora, Bosch (Aloy), César, Aldecoa y Gracia. La del Jerez: Luengo (Faustino); Jiménez, Portugués, Lebrón; Lora (Castrillón), Ledesma; Mesa, Pueyo, Urrea, Agar y Álvarez. A todo esto: el resultado final fue 6-3 a favor del Barcelona.

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