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Entre paréntesis

Rafael Navas

rnavas@diariodejerez.com

Adiós a la 'calle Zara'

EL cierre de la emblemática tienda de Zara en la rotonda de los Casinos es una mala noticia para el comercio de Jerez. Por muchos paños calientes que quieran poner unos y otros, desde la empresa hasta las asociaciones de comerciantes, que el gigante de la moda a nivel mundial se marche del centro de una ciudad y abandone un edificio tan singular se dejará notar.

Además de lo que simboliza esa marcha, ese cierre, que no es cualquier cierre, confirma lo que ya se viene avanzando en el sector del comercio y es un cambio en el modelo de ventas, de relación con el cliente y de la experiencia de compra, en definitiva, por parte de las grandes compañías. Es lógico que desde el Ayuntamiento se haya reaccionado con tristeza ante la noticia pero no lo es que, como si fuera un niño, se le riña a la multinacional española por marcharse y se le pida que se quede más tiempo. Porque hablamos de empresas que se mueven en función de sus cuentas y sus planes precisamente para seguir funcionando. Y la estrategia del grupo al que pertenece Zara, Inditex, hace tiempo que es la de abandonar las tiendas llamémoslas tradicionales en cascos históricos, como se ha visto en los últimos años en la zona centro de la ciudad, que durante la primera década del siglo XXI llegó a ser conocida como la 'Calle Zara' por la cantidad de tiendas de este grupo que existían, unas pegadas a otras, en la calle Larga. Eran, lógicamente, otros tiempos y ni los centros comerciales de las afueras eran tantos y tan grandes y ni las nuevas tecnologías habían irrumpido para poder comprar desde nuestros hogares.

De la 'Calle Zara' se ha visto cómo la columna vertebral de Jerez ha mudado su piel y de la moda ha pasado a ofrecer productos relacionados con la belleza y la salud, con más ópticas, centros dentales, salas de estética, perfumerías y cosméticos. Ahora, dicen, es la 'Calle Sana'. Y probablemente la que fue antigua N-IV como se recuerda aún frente al Gallo Azul volverá a sufrir, para bien o para mal, muchas más transformaciones, como la propia sociedad de la que es testigo y escenario.

La pandemia que sigue entre nosotros también está cambiando las formas de vender, comprar y relacionarnos. El consumo en general tampoco volverá a ser el mismo y los clientes han transformado gustos y hábitos. El centro de Jerez tendrá que superar este nuevo golpe y levantarse, aunque cada vez, es cierto, resulta más difícil. Desde el Ayuntamiento, en lugar de quejarse, hay que ayudar o al menos no poner palos en las ruedas. Las obras en curso y las que vienen, como la peatonalización de esa calle Honda a la que también pertenece la tienda Zara próxima a cerrar, deben hacer atractivo venir al centro a comprar o tomarse un café. Una de las esperanzas de estos tiempos es que las personas busquemos a partir de ahora cosas auténticas, tradicionales, de toda la vida, y ahí es donde el centro, su comercio, sus vecinos, tienen la oportunidad de diferenciarse de un mundo global que se ha ido haciendo más frío e impersonal.

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