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Francisco Bejarano

Amnesia pura

15 de septiembre 2009 - 01:00

EN enero de este año murió en Estados Unidos a los 82 años Henry Gustav Molaison. A los 27 fue operado para curarlo de epilepsia y se curó, pero en la intervención se tocaron partes del cerebro que le causaron una amnesia, llamada 'pura', que le impedía recordar y aprender nada con posterioridad a la operación, aunque la memoria anterior quedó intacta. Fue estudiado en su limbo durante muchos años por neurólogos y psicólogos para saber algo más de los mecanismos del aprendizaje y la memoria. La memoria se dividía en dos: a corto plazo, limitada y breve, y a largo plazo, ilimitada y permanente. Ahora, con las investigaciones sobre Molaison sabemos que la memoria a largo plazo tiene varios sistemas, según se trate de recordar habilidades (montar en bicicleta), sucesos y anécdotas (un accidente o una boda familiar) o conocimientos generales (las leyes físicas o los sistemas políticos).

La aceleración de los descubrimientos científicos, pues unos traen otros, hará que un día podamos borrar de la memoria de manera selectiva lo que nos atormente o incomode. No los errores, que son una forma de aprendizaje, ni la nostalgia de las pérdidas, que es creativa y tiene su dulzura; sino aquello que nunca debió suceder, porque no hacía falta ni nos ha servido de nada, ni ha dado ningún fruto ni ninguna lección y, cuando nos viene a la memoria, es como una punzada que nos arranca un gesto de dolor y hace que nos llevemos la mano al pecho para protegerlo del pasado que hiere, para conjurar y espantar los recuerdos. El hombre hace tiempo que influye en su propia evolución, ha aumentado su poder y su fortaleza y ha mejorado incluso su aspecto externo, aunque el afeamiento general impida advertirlo; pero el cerebro y el alma, con sus miserias y glorias, no han cambiado, y puede volver a comportamientos primitivos en cuanto se dieran las circunstancias. En algunas partes del mundo se dan.

Lo más prudente es estudiar el cerebro para un mejor conocimiento humano, no necesariamente para que nos comportemos mejor, pero no tocarlo que ya dará de sí por su cuenta. La amnesia es un trastorno involuntario que debe dar cierta felicidad, pero también la da la amnesia por ignorancia, por conveniencia, por información sesgada o por adoctrinamiento. En ese aspecto vivimos entre amnésicos: sólo se recuerda lo que está mandado recordar. La ley del péndulo político nos ha llevado al extremo de borrar, no ya páginas, sino tomos enteros de la Historia de España. No sé si esta amnesia da una cierta felicidad o un grado de beatitud. Los expertos llaman memoria semántica a la que retiene conocimientos generales: cómo funciona el mundo o dónde estaban los españoles actuales durante la dictadura. Una ventolera se ha llevado los recuerdos sin traer a cambio aire limpio para respirar mejor.

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