Quousque tamdem

Luis Chacón

luisgchaconmartin@gmail.com

Beni: ni vidi, ni vinci

A los que siguen repitiendo tópicos desde la ignorancia se les responde con una sola voz y una realidad incontestable

Si no fuera por almas caritativas como la de doña Elisa Beni, los andaluces seguiríamos viviendo en la ilusa indiferencia del ignorante. Menos mal que alguien tan vasta, en saber y conocer, que opina con igual desparpajo sobre astronomía o astrología, nos abrió los ojos. Y fue en Más vale tarde. Todo un augurio. Pues más vale enterarse a deshoras que vivir en la inopia. Esa epifanía nos hizo caer de hinojos. Qué finura en el discurso, qué belleza en la expresión y qué dulzura en su gesto. El señor Bendodo merecía ese dardo dialéctico. Nos engañan porque somos lerdos. Pero, ¡ay!, llegando a la meseta, la sabiduría se esparce como las semillas a voleo y en el plató de La Sexta, simplemente se palpa y se respira. Ya era hora de que la mujer que se tragó a los Siete Sabios de Grecia dejara de lado su natural modestia y contención y proclamara a los cuatro vientos que al sur de Despeñaperros sólo hay un desierto de ignorantes y paniaguados. Aunque no sería necesario, pues ella es referente universal, la señora Beni, en otra muestra de su preclara sencillez, recordó, al inquirirle alguien al respecto, que había estado casada con un andaluz. ¿Hay mayor muestra de entrega para con nuestro desasnamiento? Aquel desposorio debió ser como la historia de Pocahontas y John Smith, aunque con los papeles cambiados.

Porque, seamos sinceros: ¿qué podría aportar esta inculta Andalucía a quienes como la señora Beni viven en las alturas olímpicas como globos de Bob Esponja resbalados de las manos de los niños en las aglomeraciones de la feria? ¿Historia? ¿Qué son tres mil años desde la fundación fenicia de la vieja Gades? ¿Patrimonio cultural? Doce declaraciones de Patrimonio de la Humanidad -cuatro sólo en Córdoba- tampoco son para tanto. ¿Formación? Que la Universidad de Granada -segunda de España- esté entre las 300 mejores del mundo no creo yo que deba provocar orgullos regionalistas. ¿Potencia económica? Ni que la inversión extranjera se desviviera por Málaga o fuéramos región de referencia en los mercados del aceite, el vino e infinidad de productos agrarios; por no hablar del turismo o la industria. Y así, ad infinitum.

La mejor muestra de que Andalucía es la región más pujante de España y de que los andaluces hemos abandonado viejos complejos, es que a los que siguen ladrando repitiendo tópicos desde la ignorancia se les responde con una sola voz y una realidad incontestable.

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