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TENÍA que ocurrir. Cuando mi respectiva apareció hace unas semanas con uno de esos bolsos gigantes -ya saben, ese tipo de bolso en el que cabe absolutamente de todo (las pinturas, unas medias de repuesto, una agenda, un cepillo, una botellita de agua, unas medias de repuesto de las medias de repuesto) y luego no se encuentra nunca nada, al menos no en los primeros cinco minutos- sabía que antes o después ocurriría. Ella estaba muy contenta con su megabolso y lo llevaba a todas partes, lo mismo a la playa que a cenar. Un día se lo tuve que decir: "como te vea Crisol el bolso, te hace rápido un PGOU", pero se lo tomó a broma. El caso es que el otro día, al abrir un sobre del Ayuntamiento -uno de esos sobres de color 'azul impuesto'- venían el recibo del coche, los dos semestrales del IBI y un cuarto papel. PGOU no, pero era en toda regla el recibo del IBI por el bolso, con su bonificación y todo. Pensé en reclamar, pero miré de nuevo al bolso: al fin y al cabo el Ayuntamiento lleva parte de razón.
diariodejerez.es
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