Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La vía es (por ahora) andaluza
EL ex consejero de Vivienda de la Junta de Andalucía, Juan Espadas, va a tener que inventarse una nueva variedad del protagonismo político: la del candidato a candidato. A estas alturas ya querrían, él mismo y sus mentores, estar ejerciendo como candidato socialista a la Alcaldía de Sevilla, pero la Ejecutiva federal de su partido sólo le deja ser precandidato, candidato a candidato o candidato in pectore, como le ha bautizado José Antonio Griñán.
La extraña situación tiene su origen en la singular forma en que el PSOE ha impuesto el relevo del alcalde sevillano, Alfredo Sánchez Monteseirín. Con la imagen bastante más deteriorada que la marca PSOE, quemados sus sustitutos naturales en la corporación local y enfrentado a la organización del partido, a Monteseirín le hicieron saber que no contaban con él para una nueva candidatura, sin ofrecerle una salida airosa en el terreno político y, lo más importante, sin darle a la operación la mínima normalidad que estos relevos exigen, la de proponer él mismo públicamente a su heredero como alcaldable y ponerse a su disposición.
Al verse el alcalde desautorizado y al buscarse fuera del Ayuntamiento al sustituto -el mencionado Juan Espadas-, la situación se ha vuelto esperpéntica. Hay un alcalde en la capital de Andalucía al que su partido ha retirado la confianza y que se ve obligado a defender en solitario su gestión, mientras que el alcaldable socialista, que es un perfecto desconocido para los ciudadanos, carece de capacidad de respuesta ante el líder de la oposición municipal, Juan Ignacio Zoido (PP), crecido y omnipresente por días. ¿En calidad de qué va a debatir Espadas con él?
Griñán y sus jóvenes entronizados en el congreso regional del PSOE idearon una estrategia: Espadas cesó como consejero a fin de proclamarle candidato cuanto antes, montarle una oficina con todos sus avíos materiales y propagandísticos, echarle a la calle para que los votantes le conozcan y contrarrestar los avances de Zoido. Demasiado pronto quizás, ya que falta un año para las municipales. Precisamente eso es lo que ha pensado la Ejecutiva federal del partido. Zapatero ha dado la orden de que no se elijan alcaldables socialistas hasta el otoño y en Ferraz no han aceptado hacer ninguna excepción. Después de varias semanas de hostilidades mal disimuladas y tiras y aflojas desplegados en público, el PSOE andaluz ha plegado velas. Creo que ha sido la primera derrota de Griñán desde su veneración congresual.
La consecuencia es que en la única capital andaluza, salvo Jaén, en la que el Partido Socialista está gobernando el seguro candidato a seguir haciéndolo no es ni siquiera candidato. Es un embrión de candidato, candidato a candidato, aspirante a alcaldable.
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