¿Crisis? Pregúntale a Google

DECÍA Evo Morales en la cumbre latinoamericana que se han solapado tres crisis: la financiera, la climática y la social, y que todas ellas evidencian el colapso del propio sistema capitalista. Sobre la crisis financiera y la climática se han escrito millones de páginas pero de la social se opina menos. A mí se me ha ocurrido medir el nivel de notoriedad de algunas personas relevantes, y también de quienes no hay justificación teórica para que lo sean, para buscar una relación entre los intereses de la ciudadanía, sus gustos, sus tendencias, su pensamiento, y esa crisis social a la que se refería el presidente boliviano.

He recurrido al gran hermano, y ojo global, Google, que es el que más sabe de lo que somos, soñamos, comemos, amamos o deseamos; el cerebro que acumula más información sobre nuestro comportamiento que el ser más sabio entre los sabios. He introducido en el buscador el nombre del científico español Mariano Barbacid, destacado bioquímico y oncólogo que -leo en la wikipedia- "consiguió aislar un gen mutado capaz de causar cáncer: el oncogén humano H-ras, en carcinoma de vejiga…" Pues bien, si tecleamos su nombre en Google nos salen 34.400 entradas. Sigo con el experimento y busco a otra persona de supuesta relevancia social como es José Miguel López Uralde, presidente de Greenpeace España. El resultado es 18.900 registros. Elevo el nivel poniendo en el buscador al Presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, el hombre que toma decisiones que afectan a más de ocho millones de andaluces, y veo que hay 99.100 entradas en la red. Y ahora cambio radicalmente el tercio. No le pregunto por ningún científico, ni activista del ecologismo, ni por nadie vinculado a las grandes instituciones políticas españolas. Le pregunto por una mujer cuya profesión desconozco: Belén Esteban. Pues, agárrense con el dato, el resultado es de 922.000 registros en el buscador Google. No cabe duda de que el vecindario por esta parte del planeta está enfermo, muy enfermo, y que es difícil aislarse de la vorágine de mediocridad en la que vivimos, que tanto afecta al calentamiento de la tierra pero por la parte del cerebro de sus habitantes: terrícolas cada vez más ignorantes, con más elevados niveles de colesterol en la sangre y menos de neuronas en el cerebro.

Más datos sobre tendencias sociales y crisis que me chivatea Google. Según la Unión de Consumidores y Usuarios, la celebración de un evento religioso como la Primera Comunión se ha convertido en un fenómeno social que lleva a las familias a gastar una media de 3.600 euros en el traje, los regalos y, sobre todo, el banquete. Alquilar una casa en el Rocío una semana puede costar 20.000 euros y el gasto para un rociero que vaya en grupo alcanzaría los 1.300. Y a todo esto, una educadora titulada, que trabaja 40 horas a la semana cuidando a niños en una escuela infantil privada-concertada gana 750 euros al mes, por no hablar de los 300.000 jubilados -de los cuales el 80% son mujeres que han vivido para ser esposas, madres y abuelas- que cobran una pensión no contributiva de 330 euros para alimentarse, pagar la casa, la luz, el agua y todos los gastos que supone vivir. Yo estaría de acuerdo con que las medidas anti crisis sirvieran para reducir el déficit de estos dos colectivos y de otros que llevan toda la vida en crisis, y también con que el peso de los recortes recayera proporcionalmente sobre quienes tienen estabilidad laboral para toda la vida y, especialmente, sobre quienes tienen el suficiente dinero para no pensar en el dinero. La bajada del sueldo a los funcionarios, en aplicación del Real Decreto Ley por el que se adoptan medidas extraordinarias para la reducción del déficit público, supondrá un ahorro para la Administración General del Estado de 535 millones de euros en 2010, o lo que es lo mismo, poco más de lo que se ha gastado Florentino Pérez en fichar a Ronaldo, Kaká y compañía esta temporada. Pero hay más. La deuda que acumulan los clubes de fútbol es de 3.443,8 millones de euros, siete veces más de lo que le rebajarán a los funcionarios del Estado.

Es impresionante la cantidad de cosas que sabe Google que nos retratan a todos. Por cierto, también le pregunté por Jorge Javier Vázquez, 841.000; Paquirrín, 135.000; y Karmele Marchante, 57.000. Lamento señor Barbacid que toda esta fauna mediática le gane en notoriedad social mientras usted se estruja el cerebro para librarnos del cáncer.