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Francisco Reinoso

Empleados públicos

A la vuelta de la esquina

20 de mayo 2009 - 01:00

EN marzo pasado se cumplieron 200 años del nacimiento de Mariano José de Larra, hijo de un médico afrancesado que estaba a favor de los cambios jurídicos y sociales de Napoleón. Larra tenía cinco años cuando llegó con sus padres a París, pues se tuvieron que exilar.

Larra fue muy crítico con la situación de la Administración Pública. Vuelto a España se encontró con el favoritismo, el corporativismo, la consideración del empleo público como botín por parte de los funcionarios y los políticos, las cesantías en la Administración.

Larra en su famoso artículo "Vuelva usted mañana", cuenta como el francés Monsieur Sans-délai que llegó a Madrid para invertir, se tuvo que marchar debido a la burocracia ineficaz y parasitaria. Pensaba que en quince días arreglaría todo lo necesario para su inversión y tardó seis meses!!

De aquella época se arrastran los clichés de ineficacia, lentitud y enchufismo en el acceso al empleo público.

Afortunadamente se acometieron reformas, lentas, insuficientes, desde 1828, por Ministros como López Ballesteros, Bravo Murillo o Maura. Durante el siglo XIX se fue construyendo la reforma de la Administración Pública y según García de Enterría era una administración en la que anidaban vicios como el reparto de prebendas y el parasitismo social.

Es una conquista de las clases populares que exista una administración pública a su servicio y no esté sujeta a intereses privados. Mucho ha costado y mucho costará que todas las personas que son empleados públicos lo hagan con vocación de servicio, por supuesto sin renunciar a la reclamación de sus derechos, pero no utilizando la falta de "propietario" para abusar por medio del absentismo o la acumulación de productividades no evaluadas anualmente.

Utilizar el conocimiento de las leyes de forma torticera para que se produzca la intocabilidad del empleado público ante la falta de dedicación, productividad, absentismo, es manchar la imagen de la mayoría de los empleados públicos que cumplen bien su trabajo.Alguna vez ha salido en la prensa el caso de profesionales que han utilizado el conocimiento de las leyes para aprovecharse de forma injusta de las debilidades y vacios legales. La Administración Pública no es propiedad de los empleados públicos ni de los políticos. Es de la ciudadanía.

Tanto en la empresa privada como en la pública se necesitan personas que sean conscientes de que el trabajo en cantidad y calidad es el mérito día a día para la defensa del puesto de trabajo y no el haber aprobado una oposición o haber entrado por la protección del político de turno.

Hay reivindicar mucho y bien, así como trabajar mucho y bien.

La llegada de la informática a la administración, las relaciones transversales entre diferentes áreas y servicios, cambiará la atención a la población.

El "Vuelva usted mañana" está cada vez mas lejano. A Dios gracias.

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