CATAVINO DE PAPEL

Manuel Ríos Ruiz

Gloria Fuertes, diez años después de su muerte

24 de noviembre 2008 - 01:00

EL próximo jueves se cumplen diez años de la muerte de la poeta Gloria Fuertes. Había nacido en el castizo barrio madrileño de Lavapiés, en mil novecientos diecisiete. De familia muy humilde, hasta los catorce años pasó por diversos colegios, para después estudiar taquigrafía y mecanografía, como tantas chicas de su tiempo. Realizó un largo periplo laboral por fábricas y oficinas, mientras daba rienda suelta a su vocación: las letras. Sus primeros veros se publicaron en mil novecientos treinta y cinco y los difundía por radio. Cinco años después era redactora de la revista "Maravillas y se empiezan a estrenar obras suyas infantiles. Luego forma parte del grupo poético denominado "Postismo", junto a Carlos Edmundo de Ory. A partir de los últimos años cuarenta da comienzo la lista de premios que obtuvo a lo largo de su trayectoria.

Gloria Fuertes, admirada por mayores y menores, ha sido posiblemente la autora más popular de la segunda mitad de siglo veinte. Sus libros "Versos con faldas", "Poemas del suburbio", "Aconsejo beber hilo", "Todo asusta", "Ni tiro, ni veneno, ni navaja", "Cangura para todo" y "Poeta de guardia", siguen teniendo lectores. Y se recuerda el éxito que alcanzaron en los años setenta sus programas televisivos "Un globo, dos globos, tres globos" y "La cometa blanca", que la convirtieron en la poeta de los niños.

Y definía su quehacer gustoso bajo el título de "Sale caro ser poeta", escribiendo lo siguiente: "Sale caro, señores, ser poeta./ La gente va y se acuesta tan tranquila/ que después del trabajo da buen sueño./ Trabajo como esclavo, llego a casa,/ me siento ante la mesa sin cocina,/ me pongo a meditar lo que sucede. / La duda me acribilla toda espanta;/ comienzo a ser comida por las sombras,/ las horas se me pasan sin bostezo,/ el dormir se me asusta, se me huye/, escribiendo se me da la madrugada./ Y luego los amigos me organizan recitales,/ a los que acudo y leo como tonta,/ y la gente no sabe de esto nada./ Que me dejo la vida en lo que escribo,/ me caigo de la cama de la rima,/ asalto las trincheras de la angustia/ me nombran su héroe los fantasmas,/ me cuesta respirar cuando termino./ Sale caro, señores, ser poeta."

Como bien se ha opinado por la generalidad de la crítica, la poesía de Gloria Fuertes tiene acento de juglar a través de un prosaísmo voluntario de la palabra, desgarramiento y humor intrínsecos. Realmente escribía como halaba y sus poemas al ser leídos por ella aumentaban en interés. Luis Jiménez Martos la retrató así: "Lo mismo conmueve que hace reír. Es sentimental y circense, realista e imaginativa." Ahora, diez años después de su muerte, quien la conoció y gozó de su amistad la continúa leyendo, disfrutando de su poesía, la poesía más original de su época.

stats