El Poliedro
Tacho Rufino
¡No hija, no!
Su reciente intervención en el programa “El Hormiguero”, coincidente con el 90 aniversario de su nacimiento, ha vuelto a destapar la caja de los truenos en forma de calurosos aplausos en honor de quien, en una muy reciente ocasión escribí en estas páginas: “Honores a un creador musical de excepción: Manuel Alejandro”. El titular y el contenido de esta nueva colaboración viene a refrendar lo anterior, y algo más.
En su columna titulada “La ciudad y los días” que, para Diario de Jerez firma semanalmente Carlos Colón, titulada la del pasado 28 de enero, “Manuel Alejandro Hijo Predilecto”, viene a sumarse a la petición de Antonio Burgos quien, a su vez se suma a la de Álvaro Zancajo en demanda de la concepción del referido título para el autor jerezano. Claro que antes de esta noticia, aparecida en las mismas páginas de esta nuestra publicación aparecía la reseña de la propuesta del PP jerezano sobre la erección de un busto de Manuel Alejandro a instalar en el Teatro Villamarta, señalando que Jerez “debe rendir tributo a este artista”.
Antonio Saldaña, portavoz del referido grupo político incidía en su petición en los siguientes términos: “la indiscutible grandeza del compositor jerezano Manuel Alejandro debe ser recordada para siempre en su ciudad y una inmejorable ocasión es la de colocar su busto en el Teatro Villamarta, como parte de la “Galería del Arte” propuesta en su día por el PP. Desde esta mi modesta colaboración quiero dejar constancia de mi adhesión inquebrantable a ambas peticiones: la petición, -a la que estoy convencido se sumarán los jerezanos de los más diversos estratos sociales- lo mismo para el título de Hijo Predilecto de Andalucía como para la elección de su busto en nuestro Teatro Villamarta”.
El referido columnista deja así mismo inscritos en su trabajo, junto al de Manuel Alejandro, el de otro jerezano ilustre como aquel, Antonio Quintero configurando con Rafael de León y el maestro Quiroga el trío que elevó a las más altas magistraturas la canción popular. Aunque su nombre no aparece en el escrito referido, no quiero olvidar el del malagueño Ignacio Román, a la misma altura de los citados.
En mi información anterior me refería al caudal de canciones que Manuel Alejandro ha puesto a disposición de las más importantes figuras de España y de otros países, centrándome en aquellas creaciones que de una forma u otra más han llegado a emocionarme a través de las voces de La Paquera, Ángel Vargas, Tomasa “La Macanita”, José Mercé, Vicente Soto, Pepa Flores, María José Santiago –todos ellos en la grabación “Tierras del Jerez”-, Raphael y la gran Rocío Jurado. La lista es interminable, pero he querido centrarme en algunos de los nombres que más me han impactado a lo largo de los años, desde el tema “Yo soy aquel”.
Varias han sido las ocasiones en las que, por mi trabajo he coincidido con Manuel Alejandro, remontándome a aquella noche de diciembre de 1989 cuando el jerezano recibía la Insignia de Oro de la peña flamenca Tío José de Paula y placa testimonial de dicho acto y, que como cierre y, en su honor, la recordada María Soleá, con el respaldo guitarrístico de Antonio Jero, ofreciera un extraordinario recital. Diez años más tarde se produjo un nuevo encuentro, en dicha ocasión propiciado por la peña flamenca “Los Juncales”, el 18 de diciembre de 1999, cuando “el hacedor de canciones” recibía el “Junco de Oro” en el transcurso de la VI Exaltación de la Navidad Juncal.
Llegados hasta aquí quiero volver a referirme a la originalidad creativa de un admirado y celebrado músico interpretado en los cinco continentes; un músico que tiene en su inspiración el don de la universalidad al tiempo que un hondo, profundo arraigo con la tierra que le viera nacer, que viera en sus composiciones retazos de sus vivencias infantiles, de aquellos años en que le despertaban las voces rotas de algunos cantaores que pasaban de recogida para el Arco, para el Muro, para la Merced… La música, su música, las letras, sus letras, sus canciones plenas de sensibilidad creativa le elevan a las más altas cotas de la admiración y al respeto de los públicos que piden –que pedimos- para él un busto a erigir en el Teatro Villamarta y el título de Hijo Predilecto de Andalaucía.
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