La ciudad y los días

Carlos / Colón

28 DE JULIO 1914

28 de julio 2014 - 01:00

CUANDO hoy hace cien años el Imperio Austrohúngaro declaró la guerra a Serbia nadie sospechaba -porque se decía que sería muy breve- que lo que se iniciaba se llamaría la Gran Guerra, por ser la más extensa y devastadora hasta entonces conocida. Así de estúpidamente se fraguan las catástrofes. Hoy hace un siglo entraban en guerra los austrohúngaros y los serbios; mañana Rusia movilizaba sus tropas; el uno y el tres de agosto Alemania le declaraba la guerra a Rusia y a Francia; el cuatro Inglaterra se la declaraba a Alemania; el 23 Japón atacaba las colonias alemanas en Oriente; el 29 de octubre Turquía entraba en la guerra junto a Alemania. En 1915 Italia y Bulgaria se sumaban a la guerra mientras el conflicto atravesaba África desde Oriente Próximo, con la sublevación árabe contra los turcos alentada por Inglaterra, hasta el sudoeste, con la conquista de las colonias alemanas por las tropas de la Unión Sudafricana; en 1916 Rumanía entró en la guerra y en 1917 lo hizo Estados Unidos. Mientras el mundo ardía la revolución estallaba en Rusia entre febrero y octubre de 1917, siguiéndole la guerra civil entre 1917 y 1918.

La Gran Guerra terminó el 11 de noviembre de 1918. Ocho meses antes se había iniciado la dictadura comunista en Rusia. A los cuatro años se instauró la dictadura fascista en Italia, a los 11 estalló el crack de 1929 y en 1933 Hitler subió al poder. Sólo 15 años después del fin de la Primera Guerra Mundial todo estaba listo para el estallido de la Segunda.

Desde las pasadas navidades las estanterías de las librerías se han ido llenando de nuevos ensayos o reediciones sobre la Gran Guerra. Hace semanas que han empezado los actos conmemorativos en los que participan los mandatarios de las naciones hoy más o menos amigas y entonces enfrentadas. Pero el horror, el miedo, los gritos de los agonizantes en la tierra de nadie, el barro y las ratas de las trincheras, el gas mostaza y cada uno de los 30 millones de muertos no tienen remedio. Lo peor es que murieron para servir intereses imperialistas, no para defender la libertad, la democracia o la independencia de sus patrias, sin que tan siquiera sus muertes sirvieran para que no volviera a producirse un horror de esa magnitud. La Segunda Guerra Mundial provocó más de 60 millones de víctimas y traspasó límites de horror -Auschwitz- y destrucción -Hiroshima- nunca conocidos. Triste aniversario el de hoy.

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