Tierra de nadie
Alberto Nuñez Seoane
Palabras que el viento no se lleva
LAS manías nacionales son tan conocidas como demasiado olvidadas con frecuencia. Los españoles tenemos una forma de hacer las cosas que nos lleva a decir, en ocasiones, frases como "menos mal que ha sucedido ya porque si no le ponen remedio". Somos expertos en no atajar los problemas cuando son fáciles de abordar y los dejamos hasta el preciso momento en que darles solución nos supone un serio dolor de cabeza y de cartera. No es la única manía. Hay otra no escrita que nos lleva a no dar la razón a quien la lleva, a llevar la contraria y pelear en defensa de unos argumentos aunque sepamos que jamás llevaremos razón. Recuerden aquello de "tú eres como el aceite, que siempre tiene que quedar por encima". Peleones, pendencieros, dejados... así somos. En el lado positivo se encuentra esa otra bendita manía que es la de unirnos cuando la ocasión lo requiere. Se trata de esos extraños (y escasos) momentos en que nos sentimos uno solo. Ese sabor dulce tiene la virtud de poder seguir siendo paladeado décadas después.
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