Palo y zanahoria

21 de mayo 2016 - 01:00

EL burro quiere la zanahoria y la persigue. No lo sabe pero sólo la alcanzará si la bondad de su amo se la entrega al final del camino, cuando haya acabado de arrastrar el pesado carro por los caminos embarrados. Creo que en estos tiempos sigue habiendo demasiados palos y zanahorias oscilando de lado a lado esperando que alguien fije sus ojos en el apetitoso fruto de la huerta. Somos animales racionales (casi todos) pero muchas veces creo que algún sabelotodo nos toma por animales a secas. Siempre, a cada momento, esos palos y zanahorias que rondan nuestras narices intentan despistarnos y hacernos olvidar asuntos importantes mientras gastamos intelecto en cuestiones baladíes. La polémica de las esteladas es tan sólo la punta del iceberg de una discusión estúpida que llena ríos de tinta y de saliva, elevando a los altares de la actualidad una ridiculez supina. Al final habrá esteladas en el Calderón, aunque el independentismo y el Rey sean como agua y aceite. Lo realmente importante es que estarán... y no pasará nada.

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