HA llegado el día del veredicto final. La carrera del Siglo, considerada también de alto riesgo, está vista para sentencia. Con una expectación sin precedentes y lleno hasta la bandera, Valencia ofrecerá hoy el último duelo antológico entre Valentino Rossi y Jorge Lorenzo.

El primero de ellos, se juega parte de su condición de mito viviente, y el segundo un título que vale su peso en oro. Aunque el español no lo reconozca, esta corona tiene un significado histórico y trascendental, pues puede suponer la 'jubilación anticipada' de uno de los mejores pilotos de todos los tiempos. Como suele decirse: a rey muerto, rey puesto…

Rossi tiene las gradas abarrotadas de seguidores, es el ídolo planetario, pero su reciente acción antideportiva a Márquez lo ha bajado a los infiernos. Está cuestionado, vigilado con lupa; ha perdido el bastón de mando y hasta la sonrisa infantil que le caracterizaba. El nueve veces campeón mundial no controla la 'manada', e incluso se cae buscando su divinidad perdida.

Pero ahí no acaba todo para el idealizado piloto taliano, muy a su pesar, hoy tendrá que sufrir la vergüenza de salir a la parrilla en el último puesto, sancionado por su temeraria acción de Malasia. Sin duda, todo un deshonor y un problema mayúsculo, pues deberá superar a ¡25 pilotos! para hacer valer la mínima ventaja de 7 puntos que mantiene con Lorenzo. Toda una odisea que, de lograrla, le devolvería parte del prestigio recientemente perdido.

Si nos atenemos a los fríos datos, Jorge Lorenzo tiene todo a su favor para llevarse la gloria en esta inigualable carrera. Su domino sobre la pista valenciana es tan incuestionable, como intimidatorio hacia el todopoderoso Rossi. El mallorquín lo desmoralizó pulverizando el récord de Cheste, anotándose así su quinta 'pole' del año y, de paso, lanzó también un serio mensaje para los navegantes que pretendan complicarle hoy la existencia. Al piloto de Yamaha, que ha ganado este año seis de las 17 carreras disputadas (dos más que Valentino), le bastaría con subir a lo más alto del podio y que su rival no pase del cuarto puesto. El resto de opciones, precisan calculadoras, como las que a buen seguro veremos hoy hasta en las abarrotadas gradas.

Quienes van a ser árbitros de esta batalla son los pilotos de Honda, Márquez y Pedrosa, que vienen de ganar las tres últimas carreras (Dani dos de ellas). Pero sus monturas, que se situarán junto a Jorge en primera línea de Cheste, no parecen tan finas como la Yamaha de Lorenzo. Y, no lo olvidemos, a la vista de lo ocurrido en Malasia, nadie querrá entrar en combates que tanto han ensuciado la imagen de este deporte. Eso sí, esta victoria se venderá cara, porque ninguna otra ha generado tanto valor.

Lo que está claro es que siempre habrá un antes y un después de esta carrera que, a partir de las dos de la tarde, mantendrá en vilo a millones de espectadores del planeta. Quien nadie duda que ya ha ganado, es el propio motociclismo. Eso sí, este apasionante espectáculo deberá vigilar sus reglas para no ser comparado nunca más con el boxeo…

(*) Jesús Benítez es periodista y escritor. Fue editor jefe del Diario Marca y, durante más de una década, siguió todos los grandes premios del Mundial de Motociclismo. A comienzos de los 90, ejerció varios años como jefe de prensa del Circuito de Jerez.