Hetepheres Benítez Collantes y Jesús Rodríguez Arias.

Allá donde se pierden los vientos y el cielo clarea la espadaña, allá donde tantos sentimientos explotan y a la vez se abrazan, allá en caminos luengos que son recorridos pisada a pisada, allá donde hay un peregrino demostrando que la Fe mueve montañas es donde se hace presente el Camino hasta que se adentra en nuestras entrañas.

Y aunque cada 25 de julio el calendario nos recuerda que es el día del Patrón de España para cada uno de los peregrinos el de Santiago es cuando al Santo Apóstol abraza. Es el milagro continuo de un trayecto que a todos para siempre nos cambia, haciéndonos huir del mundanal ruido que a la mente atonta y abotarga, para recorrer nuevos senderos que nos llena de Esperanza.

Es lo que tiene el Camino de Santiago que el que lo prueba repite ya que, transitándolo pueblo a pueblo, te va transformando de fuera para adentro. Es una peregrinación eminentemente espiritual en la que tienen cabida creyentes o no, pues todos caminamos con unos objetivos prefijados que se ven superados cuando en él te vas adentrando.

La trascendencia de dejarte envolver por mil parajes naturales que pellizcan nuestros sentimientos, conocer pueblos y ciudades que atesoran un rico patrimonio histórico, artístico y devocional, amén de una rica y variada gastronomía donde cada plato se convierte en fedatario de la herencia de nuestros mayores. Todo esto ayuda para que broten de nuestro interior los más recónditos secretos, momentos de nuestras vidas que por lo que sea habíamos olvidado. Esa regeneración interior nos hace revivir, recordar, sufrir, reír e incluso llorar como auténtico bálsamo sanador de los corazones más resquebrajados. En el Camino nunca te sientes solo además sabes que estás bien protegido. Corazón verde el de nuestra Guardia Civil que siempre está en vela para ayudarnos cuando más nos haga falta.

Se ha cumplido un año desde que escribiera y declamara el II Pregón Jacobeo de Jerez de la Frontera que organizó la Asociación Jacobea 'Sharish' coincidiendo con el Año Santo Compostelano que tuvo lugar en 2021-2022. Cogía el testigo del siempre recordado y querido Cardenal Amigo Vallejo que fue la primera persona que pregonó al Santo Apóstol. Un año después puedo decir sin ambages que ha sido la encomienda más difícil que han puesto en mis manos, la que más sudé declamándola, la que sigo gozando a base de recordarla pues me dieron el enorme privilegio de ser peregrino, doce años después, aunque esta vez por medio de las palabras. Este trayecto lo hice muy bien acompañado ya que mi buen amigo y hermano Ángel Revaliente Domínguez fue la persona que aquél 24 de julio me presentara en la ilustre y jerezanísima Iglesia de Santiago.

Os deseo a todos un Feliz Día de Santiago Apóstol, Patrón de España, de Galicia, de mil lugares, así como de todos los peregrinos de ayer, hoy y siempre.